_
_
_
_
_

El Ayuntamiento comienza a imponer multas millonarias por vender alcohol a menores

Antonio Jiménez Barca

El Ayuntamiento ratificó el pasado jueves la sanción millonaria contra Guo Chong Long, de 53 años, propietario de una tienda de ultramarinos del centro. La infracción: vendió, en octubre de 1997, tetra briks de vino a menores de 16 años; la multa: 5.000.001 pesetas. A la discoteca Cats la policía la pilló en una falta parecida: había menores en sus dependencias. Pero esto sucedió cuatro meses antes y entre medias, el Gobierno regional había endurecido las sanciones con la Ley de Espectáculos de la Comunidad de Madrid.

Más información
"Si me hacen pagar, tendré que cerrar"

El concejal de Seguridad, José Ignacio Echeverría, del PP, ha manifestado repetidamente que el Ayuntamiento se iba a poner "duro" contra la venta de alcohol a menores. También la concejal de Centro, María Antonia Suárez, ha repetido que la única forma para acabar con las tiendas de ultramarinos que, noche tras noche, abren sus puertas y venden litronas de cerveza y cartones de vino a jóvenes es a base de multas millonarias.La Ley de Espectáculos de la Comunidad de Madrid califica como "infracciones muy graves", entre otras, la de servir alcohol a menores de 16 años o tolerar su consumo y la superación del aforo del local "cuando ésta comporte un grave riesgo para la seguridad de personas o bienes". Estas faltas se castigan con multas que oscilan entre 5.000.001 a 50 millones de pesetas, y con la clausura del establecimiento, como mínimo, durante seis meses, y como máximo, dos años.

La comisión informativa de policía, reunida el pasado jueves en la Casa de la Villa, aprobó otras sanciones. La discoteca Bocaccio fue multada en abril de 1994 con medio millón de pesetas por incumplir el horario. Se encontraba abierta a las 6.30 de la mañana. Los abogados del local recurrieron y lograron que la cuantía se rebajara hasta las 50.000 pesetas.

250.000 por orinar

La discoteca Cats no tuvo tanta suerte: en abril del año pasado la policía comprobó que su aforo, de 451 personas, lo ocupaban 793 personas. Tras la correspondiente notificación, el municipio le puso una multa de un millón de pesetas. La falta se repitió la semana siguiente: en la discoteca se divertían 700 personas más de las permitidas. Resultado: otro millón de pesetas de multa. La discoteca recibió, en el mismo mes, otra multa, esta vez por aceptar menores en el local, cosa prohibida. Hasta nueve personas que no cumplían los 18 años se encontraban dentro de la discoteca. La sanción, en este caso, no superó las 50.000 pesetas, ya que todavía no había entrado en vigor la Ley de Espectáculos de la Comunidad de Madrid, que empezó a aplicarse en julio del año pasado.La comisión municipal de policía, reunida el jueves, también ratificó una sanción de 25.000 pesetas a una persona por "comportamiento indecente". El eufemismo alude a orinar en el parque del Oeste. El padre del infractor recurrió alegando que su hijo padecía incontinencia urinaria, pero el municipio se ha mantenido inflexible. La ley que pena este asunto es de los años cuarenta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_