Terry Gilliam: "Robo obras de grandes autores muertos"

Terry Gilliam (Minneapolis, 1940) no esconde que en su heterodoxia como director está abierto a recibir todo tipo de influencias de los maestros de la cinematografía. "Robo obras de grandes autores muertos", dijo ayer a su llegada a San Sebastián para presenciar la retrospectiva que le dedica este año el festival de cine. "Soy como un plumcake que lo absorbe todo: aunque en el momento no me doy cuenta, todas mis películas acaban plasmando ideas de otros".No es casualidad que Gilliam encabezara el núcleo fundacional de los Monty Python, porque siempre ha tratado de ofrecer una "visión distorsionada del mundo", según reconoció en la capital donostiarra. "Me gusta caricaturizarlo todo porque es una de las mejores formas de conseguir una reacción inmediata del público, como ocurre con los comics". Sus películas guardan mucho de este espíritu, tanto La vida de Brian o El sentido de la vida, parte de su trabajo con los Monty Python, o Brazil y Doce monos dentro su obra personal. En la mayoría de sus creaciones aborda, una y otra vez, casi hasta la saciedad, el tema de la locura. No es que le obsesione, sino que, asegura, su vida, "bastante normal y aburrida", le otorga la libertad para volverse loco. "Mi mujer", sonrió en la rueda de prensa, "me dice que siempre hago la misma película, que sólo cambio de personajes y vestuario".

Buenos, malos y críticos

Y en esta búsqueda de sus personajes por crear un mundo habitable, no siempre se encuentra con la bendición de los críticos. Su película más reciente, Miedo y asco en Las Vegas, recibió una más que fría acogida en el pasado Festival de Cannes. Gilliam replicó ayer con ironía a esta reacción: "Me encanta que el mundo esté lleno de gente, de buenos y malos e incluso de críticos. No estaban preparados para lo que iban a ver. Ni siquiera habían leído el libro de Hunter S. Thompson en que se basa el filme".Sin embargo, no le preocupa en exceso el éxito comercial de sus producciones. "Gracias a Dios", respiró, "he hecho películas que me han reportado dinero y en el futuro haré lo que quiera hacer". Por su cabeza siempre ha rondado la idea de producir una versión de Don Quijote. "Si algún día realizara este proyecto", dijo, "lo llamaría Quién mató a Don Quijote". Tampoco le quita el sueño la Academia de Hollywood. "No sé lo que ocurre. La mayor parte de los realizadores que yo admiro no han recibido oscars. Creo que la base no es precisamente la calidad".

Gilliam comenzó su carrera como realizador independiente en 1984, tras separarse de los Monty Python , con los que cosechó un gran éxito en televisión y cine, y trabajar como dibujante y humorista. La retrospectiva del festival presenta también otros de sus filmes, como Las aventuras del barón de Munchausen o El rey pescador.