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EL 'CASO LEWINSKY'

La Casa Blanca intenta impedir la difusión del vídeo con la declaración del presidente

La mayoría republicana en el Congreso de Estados Unidos está a punto de propinar a Bill Clinton un golpe político que puede ser decisivo ante la opinión pública: quiere permitir que salga a la luz el vídeo que recoge la declaración del presidente ante el gran jurado el 17 de agosto. Las cuatro horas de grabación permitirán a los norteamericanos descubrir una cara inédita de su presidente. Los congresistas que han visto la cinta dicen que Clinton se muestra enfadado, furioso, evasivo, altivo y poco colaborador. Clinton llegó a abandonar la sala, aunque regresó después por consejo de sus abogados.

El vídeo de Clinton es el primer elemento del caso Lewinsky que marca una división clara entre republicanos y demócratas. Hasta ahora, incluso el llamado informe Starr había suscitado opiniones derivadas más desde la valoración personal que desde la adscripción política de congresistas y senadores.Los dos grandes partidos habían hecho la promesa de no utilizar el caso Lewinsky como arma política hasta que no se cerrase un hipotético proceso de impeachment o destitución del presidente. Sin embargo, el enfrentamiento que mantienen republicanos y demócratas sobre la conveniencia de facilitar el vídeo a la opinión pública puede romper esa paz cuando hoy se debata la cuestión en el Comité de Justicia. Si su condición mayoritaria permite a los republicanos que su tesis prevalezca, la declaración de Clinton puede empezar a verse hoy mismo en las televisiones de todo el mundo.

Los congresistas demócratas consideran relevante el contenido de la grabación, pero creen que la opinión pública se conformaría con la transcripción; saben que las imágenes de un presidente furioso que no colabora con la investigación pueden hacer un daño irreparable al partido. John Conyers, uno de los demócratas de mayor peso en el Comité de Justicia, aseguró que la difusión del vídeo sería "una violación del espíritu bipartidista" con el que los políticos deben enfrentarse a esta cuestión. "El texto, sí; el vídeo, no", dijo Conyers. Su colega republicano James Rogan replicó: sólo con la difusión del vídeo "puede la opinión pública juzgar el comportamiento y la credibilidad de Clinton".

En una reunión a puerta cerrada con congresistas de su partido, el presidente republicano del Congreso, Newt Gingrich, escuchó cómo alguno de ellos se mostraba en contra de la difusión del vídeo para evitar más detalles de contenido sexual. Gingrich cerró el debate cuando afirmó que el vídeo debía difundirse por una razón: porque Clinton sigue sosteniendo que nunca mintió.

Una encuesta realizada por la cadena de televisión CBS asegura que los norteamericanos no son partidarios de que el vídeo sea publicado. Un 70% considera innecesaria la difusión de la grabación, frente a un 28% que cree que la opinión pública debe ver el vídeo para formarse una opinión más sólida sobre las acusaciones del fiscal Kenneth Starr.

La declaración de Bill Clinton ante el gran jurado fue grabada con el conocimiento del presidente y de sus abogados. El tribunal recibía en directo la declaración de Clinton por un circuito cerrado. La declaración fue un lunes; es decir, un día en el que el gran jurado habitualmente no se reúne. Este hecho permitió a Starr grabar el testimonio de Clinton ante la posibilidad de que alguno de los miembros del gran jurado no pudiera asistir en directo.

Un Clinton incomprensible

Varios republicanos dicen que una de las razones por las que el vídeo puede y debe ser difundido es el hecho de que Clinton fuera consciente de que su declaración fuera grabada. Quienes han visto el vídeo no comprenden cómo Clinton pudo comportarse de esa manera tan airada.A lo largo de las cuatro horas de grabación, Clinton se muestra enfadado en varias ocasiones y acusa al fiscal -presente en la misma habitación- de querer criminalizar su vida privada. También se niega a ofrecer datos sobre la naturaleza de sus relaciones con Monica Lewinsky y en ocasiones parece cazado con algunas de las preguntas que se le formulan. Los congresistas demócratas que han tenido acceso a la grabación creen que su contenido desmorona la imagen arrepentida que Clinton ha querido mostrar en las últimas semanas.

Por otra parte, fuentes de la oficina del fiscal Starr no descartan que los cargos contra el presidente se amplíen en los próximos días en uno de los muchos capítulos abiertos: el caso Whitewater. Fue ese supuesto fraude inmobiliario el que puso en marcha las investigaciones, en las que el fiscal lleva gastados casi 6.750 millones de pesetas.

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