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Los obispos endurecen la campaña antiaborto a una semana del debate

Los grupos Provida convocan una protesta frente al Congreso

La Iglesia movilizó ayer a su jerarquía para condenar las propuestas de ampliación de la ley del aborto que serán votadas en el Congreso el próximo martes. Los arzobispos de Madrid, Barcelona y Granada, y los obispos de Málaga y Jaén se adhirieron al texto de la Conferencia Episcopal, defendieron su derecho a opinar y pidieron a los diputados que votaran en contra de una ley que, para ellos, es inconstitucional.

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El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, fue el que empleó las palabras más duras en contra de la ampliación del aborto, que considera inconstitucional: "Me extraña que se haya olvidado tan pronto la experiencia de Europa en los años treinta y cuarenta", dijo, en alusión al régimen nazi.Para su homólogo catalán, Ricard María Carles, "existe un error de fondo cuando se afirma que [con la nueva ley] no se obligará a nadie a abortar, cuando en realidad sí se obliga al feto a morir", informa Joaquima Utrera. Carles dejó constancia una vez más de la crispación que causa el tema en la cúpula episcopal y trazó un paralelismo con los argumentos que se esgrimieron en su día a propósito de la ley del divorcio: "También entonces se decía que no se obligaba a nadie a separarse, pero lo cierto es que se obliga a muchos que no lo quieren a que acepten porque se lo piden".

Para el arzobispo catalán, la ley no sólo provocará un aumento del número de abortos, sino que además "obligará a morir a seres indefensos". Una tesis que comparte el obispo de Málaga, Antonio Dorado Soto, quien señaló como responsables de estas muertes a las mujeres que decidan interrumpir sus embarazos "no sólo ante la pasividad y complicidad del Estado, sino incluso con su colaboración".

Para todos ellos, el documento que el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Elías Yanes, hizo público el domingo -Licencia aún más amplia para matar a los hijos- no sólo no supone una injerencia de la Iglesia en asuntos políticos, como habían denunciado los partidos de izquierda y las asociaciones de mujeres, sino que es un "deber", en palabras del obispo de Jaén, Santiago García Aracil.

Pero la Iglesia no se queda en las palabras. La archidiócesis de Barcelona ha organizado una oración en la catedral, el domingo, similar a la que se celebró el lunes en Granada. Los asistentes encenderán una vela "para que Dios ilumine a los diputados", sobre todo a aquellos a los que sus partidos han dado libertad de voto: CiU, PNV y Coalición Canaria, de los que depende la votación.

También la Plataforma Unidos por la Vida, que agrupa a varias asociaciones antiaborto, ha convocado una manifestación frente al Congreso el lunes. Esta plataforma está recogiendo firmas en contra de la ampliación y ha comenzado a enviar cartas a los diputados para que voten en contra de la ley.

El adjetivo "cristiano"

El propio Rouco Varela, afirmó ayer en la Cadena COPE que los nacionalistas catalanes y vascos, ambos democristianos, deberían borrar el adjetivo cristiano "para que nos entendamos todos", si es que al final deciden votar a favor de cualquiera de las propuestas. El pleno del día 22 votará no sólo el proyecto del PSOE -despenalización del supuesto de conflicto social, familiar o personal grave-, sino también los de IU y NI (aborto libre en las primeras 16 y 14 semanas de gestación, respectivamente).Será la segunda vez en esta legislatura. La propuesta socialista ya fue rechazada el 24 de febrero, después de un triple empate.Entonces, cinco diputados de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), tres del PNV y dos de CC votaron a favor de la ampliación. La portavoz de IU en el Congreso, Rosa Aguilar, pidió ayer a estos grupos que no hagan "componendas ni trapicheos" que impidan la libertad de voto.

Los grupos saben la importancia de que acudan todos los diputados a la votación. El PSOE confirmó ayer la presencia de Felipe González -uno de los 11 diputados que no estuvieron en febrero-. La alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, la única diputada del PP que no estuvo, también acudirá el martes y votará en contra "por coherencia con el programa electoral".

La ofensiva de la Iglesia fue criticada ayer por la izquierda -miles de creyentes son partidarios del aborto, dijo Aguilar- y por la Asociación de Clínicas Acreditadas para Interrupciones voluntarias del embarazo (ACAI), responsable del 96% de los abortos legales. Su presidenta, Consuelo Català, afirmó que las declaraciones de los obispos son "un escándalo".

Al margen del debate, el presidente de la Sociedad Española de Medicina General, Juan José Rodríguez, desmintió ayer a su colega de la Organización Médica Colegial, Gonzalo Herranz, que aseguró el lunes que el aborto no era un acto médico porque no iba dirigido a proteger la salud.

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