Pistas de aterrizaje en el colegio

Volver al colegio es todo un rito cuyos preparativos y consecuencias afectan a los estudiantes tanto como a las familias. Para empezar con buen pie y evitar los estragos del regreso, que en casos extremos pueden dar al traste con la buena marcha del alumno durante el resto del curso, conviene seguir algunas pautas muy sencillas, como elaborar listas de trabajo para empezar a organizarse o hacer ejercicios de repaso los primeros días entre 15 y 30 minutos.Para empezar con buen pie, los estudiantes pueden empezar por hacer pequeños esfuerzos, como analizar con sus padres las materias y los profesores nuevos, lo que les apetece más o menos estudiar y lo que creen que les va costar más trabajo. Esto puede ayudar a los padres y docentes a anticiparse a los futuros problemas.

A muchos estudiantes les cuesta adaptarse a los nuevos profesores, coger buenos apuntes, hacer los deberes y, sobre todo, coger el ritmo de la clase para no ir retrasados ya desde la primera evaluación, con el consiguiente sensación psicológica de descuelgue irremediable. Para conseguirlo y evitar el estrés de la vuelta al colegio, los psicólogos y pedagogos proponen diversas normas a alumnos, padres y profesores.

Para que se inicien en la disciplina del estudio, los alumnos pueden empezar por adelantar la hora de acostarse y hacer tareas de repaso de un cuarto de hora o media hora. Y para concentrarse en lo que se les avecina, un simple recurso es elaborar listas de lo que tienen que llevarse al colegio y de los libros que tienen en casa relacionados con las materias que van a estudiar, así como confeccionar un horario de lo que harán cada día.

En la recuperación del ritmo de estudio influyen varios factores, según Cristina del Barrio, directora del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid: "A mayor edad, más rápida es la adaptación, los cambios de ciclo educativo son momentos críticos, y las relaciones sociales difíciles del niños en el centro provocan retrasos, así como la desconexión entre los responsables del colegio y la familia". El cambio de ritmo es duro para muchos alumnos, explica la psicóloga, y la manera de aliviarlo es "aproximando la rutina familiar a la del curso escolar", lo que exige la participación de todos los de la casa.

Una vez en el colegio, conviene que la adaptación a las nuevas materias y al ritmo de trabajo sea gradual. Como suele ocurrir, lo mejor es que empiecen a asistir a clase sólo por las mañanas y que el ritmo de enseñanza sea suave al principio.

En una situación ideal, los profesores pueden hacer que el estudiante participe en la organización de lo que va a aprender durante el año, como los horarios o la coordinación de las actividades fuera del centro. También se les puede informar sobre cómo se desarrollará todo el curso, el tipo de salidas culturales previstas, y animarles a que propongan otras. Así lo consideran los profesores de la facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid Fernando Gil y Gonzalo Jover, que han realizado en los últimos años varios estudios en los que han analizado la visión de los niños sobre el colegio y la educación.

Al alumno conviene anticiparle en qué consisten las tareas completas que va a desempeñar para que pueda atisbar el objetivo de lo que va a estudiar. Para lograrlo, primero hay que crear la necesidad de saber algo en el niño y luego enseñarle de qué medios dispone para llegar a ese objetivo. Así aprenderá a entender el sentido del aprendizaje.

Gil y Jover dicen que los niños sienten miedo, nerviosismo y ansiedad a enfrentarse a un entorno nuevo cada vez que cambian de colegio o avanzan de etapa educativa. "Los padres también les transmiten la angustia que les supone el volver a organizarse para adaptarse al horario de los niños", explican los psicólogos. "Y los chicos se quejan de la rutina a la que son sometidos al volver a casa del colegio (merendar-hacer los deberes-ducharse-cenar y acostarse) y de la separación que hay entre su mundo familiar y escolar", añaden.

Disciplinas relacionadas

Los expertos recomiendan que los profesores hagan un itinerario con los alumnos por el centro cada principio de curso; que formen grupos para recibir a los nuevos estudiantes y que organicen una presentación con todos los docentes de cada clase. La idea es que los estudiantes se acostumbren a entender que el aprendizaje afecta a un grupo de disciplinas interrelacionadas.Los niños que alcanzan más rápidamente la velocidad de aprendizaje son los previsores, los que han realizado durante el verano algún tipo de actividades, como operaciones matemáticas, escritura, pintura o lectura.

El fomento de la lectura en el niño durante las vacaciones es extremadamente importante para que recupere con menos esfuerzo el ritmo de trabajo. Los expertos señalan tres factores para que ese fomento sea efectivo: que no se asocie a una obligación, que sea el niño el que elija lo que le apetece leer y que se cree un espacio compartido con otras personas para que el niño considere que es un hábito familiar.