Evocación de Soria, Machado y Bécquer
Parece claro que el camino más recto para la perduración de un festival es el de dar con sus propias señas de identidad. De otra manera se convierte en mera fiesta una manifestación tan significante como preconizaba Denís de Rougemont, primer presidente de la Asociación Europea de Festivales. Hace seis años que Soria encontró su secreto al crear el Otoño Musical, cuya nueva edición ha comenzado el pasado sábado en medio de un éxito grande.Lo ha hecho con un programa de música inédita en su totalidad o en su expresión. El palentino Claudio Prieto ha escrito, por encargo del Otoño, un sorprendente Concierto de Soria para flauta de pico y orquesta de cámara que está dedicado a Álvaro Marías, protagonista del estreno en unión de la camerata del Otoño Musical dirigido por Odón Alonso. La integración de todos ellos en las vivencias y emociones sorianas es larga y verídica y así no se precisan datos ni alusiones concretas para que sobrenade de los pentagramas de Prieto la visión machadiana: "¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta...!". A veces, el compositor abre una rendija a lo popular para que se cuele en la flauta culta la brisa de la dulzaina popular o a fin de que Machado nos llegue envuelto por un instante en sus nativas luces sevillanas. El concierto, muy difícil para el solista, que lo dominó totalmente, se escucha como una serie de secuencias en las que la voz, un poco parda como los campos sorianos, cobra una especial relevancia expresiva: pura, auténtica y desnuda de recursos hiperexpresivos. Auguro buena vida a este concierto.
Veracidad
No era estreno la obra de Tomás Marco sobre Bécquer, Ojos verdes de luna, pues se dio en el segundo otoño musical en forma de concierto. Sin embargo, Marco la había sentido desde el primer momento como monograma representable, lo que ahora se ha hecho de manos de Guillermo Heras y con la voz y el gran arte de la soprano María José Montiel. Funde Marco las leyendas Ojos verdes y Rayo de luna. En la música, en la escena misteriosamente iluminada, en el protagonismo de la Montiel y en todo el entramado instrumental cobra vida un mundo que se mueve entre la realidad y la ensoñación. Queda así servido el poeta desde una veracidad radical y, a la vez, comunicativa. Alonso revalidó una vez más su compromiso con la invención musical de nuestro tiempo.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.