Ceremonial bíblico gitano
Compleja propuesta de Manuel de Paula, que alterna la música coral con el cante jondo para hacer una narración emocionada en torno a Majarí Calí, la Virgen Gitana. No es una fusión de las hoy tan socorridas, sino la puesta a contribución de dos sistemas musicales que, sin tener nada en común, propician quizás por contraste sonidos de rara belleza. Los episodios que pudiéramos considerar vertebrales en la narración se resuelven a través de estilos flamencos bien definidos, como la toná, el taranto, la alboreá, el romance, la siguiriya...Esta ópera gitana, como ha sido calificada por los propios autores, es obra sin duda de enorme ambición, quizás excesiva, pues pretende narrar la historia bíblica desde el principio de los tiempos hasta la Asunción de la Virgen. Si los textos bíblicos más o menos van dando la pauta de lo que ocurre, escenográficamente ya es más cuestionable, puesto que gran parte no queda suficientemente inteligible para el común de los espectadores, entre los que me cuento. Y éste sí es un problema de difícil corrección. A medida que la obra avanza las dudas aumentan y acabamos sin saber realmente qué ha ocurrido en más de un pasaje de la obra, lo que tratándose de una historia tan divulgada es inadmisible.
Majarí Calí (Virgen Gitana)
Cante: Manuel de Paula, Joselito de Lebrija. Baile: Inmaculada Aguilar. Guitarras: José Luis Montón, Martín Chico. Coral Hoyo de Manzanares. Orquesta de Cuerda Angeli Amichi. Teatro de La Maestranza de Sevilla, 12 de septiembre
Por lo demás salta a la vista el entusiasmo y el buen arte que pusieron en el empeño todos sus participantes. Especialmente los flamencos que, evidentemente apasionados por lo que hacían, pusieron a contribución todo lo mejor de sí mismos. El de Paula y Joselito cantaron espléndidamente, con el hondo sentimiento que era inesquivable. Inmaculada Aguilar incorporó a la Majarí Calí muy concentrada y recogida en sí misma, si exceptuamos el baile por bulerías final que nos pareció un poco fuera de lugar tras el anterior sufrimiento de la Madre por lo que había pasado su Hijo. Excelentes igualmente los guitarristas, siendo tan distintos de concepto entre sí, y muy bien encajadas en lo que de ellas se pedía las hermanas León, cantaoras y bailaoras, que pusieron convicción y fuerza.
Evidentemente, obras como la que comentamos es difícil que pueden ser presentadas fuera de un contexto como el de la Bienal, pues movilizan una cantidad de personal que comercialmente las encarecen excesivamente.
La Bienal tiene que afrontar producciones así, que a fin de cuentas serán lo más nuevo y audaz que presente, con todo el riesgo que ello supone. Hay gente creadora como Manuel de Paula que merece atención, aunque a veces se equivoque, como ocurre parcialmente en esta singularísima obra.
Babelia
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