"Europa y EE UU deben abortar el riesgo de depresión mundial"
Domingo Cavallo, padre del milagro argentino, se ha convertido en un gurú de la economía, cuyas recetas se aplican ya en una serie de países. Ahora Rusia parece tentada de establecer un programa parecido al aplicado en Argentina en 1991, y de ahí que Cavallo se haya pasado toda la semana en intensas conversaciones con el Gobierno ruso. Cavallo, que hoy es diputado nacional, ocupó recientemente la cartera de Economía y es candidato a la presidencia de la República Argentina para los comicios de 1999.Pregunta. ¿Cómo ve usted la actual situación en Rusia?
Respuesta. El país marcha hacia un descontrol hiperinflacionario. O sea, que es una situación grave desde el punto de vista económico y que se puede tornar grave desde el punto de vista social.
P. ¿Es similar a la situación que había en Argentina en 1991?
R. En los aspectos monetarios y fiscales, es muy parecida a la situación que vivimos allá.
P. Entonces, ¿cree que en Rusia se podría realizar un plan como el que implantó usted?
R. En dos aspectos fundamentales, sí. En el aspecto monetario se podría crear un sistema como el que dio tan buen resultado y en los aspectos tributarios o impositivos, también. Porque en Argentina, justamente el nuevo sistema monetario tuvo éxito porque permitió implementar una reforma de la administración tributaria que generó mayor recaudación de impuestos y permitió eliminar el déficit fiscal.
P. ¿Usted cree que Rusia puede salir de esta crisis e implantar su programa sin ayudas adicionales de los organismos financieros internacionales?
R. Va a necesitar ayuda, pero yo no creo que tiene que esperar la ayuda. Tiene que proponer y comenzar a implementar un buen programa de reformas institucionales en lo monetario y en lo impositivo. Y, mostrando que es capaz de diseñar ese programa y de comenzar a implementarlo, conseguir la ayuda del Fondo Monetario Internacional y de los países del Grupo de los Siete.
P. ¿Usted piensa que en ese caso el FMI respondería?
R. Yo creo que sí. Y lo sé por la experiencia argentina. Cuando nosotros demostramos en el año 91 que éramos capaces de sacar a la Argentina de una situación parecida a la que hoy se vive en Rusia, el Fondo Monetario, que al principio estaba muy escéptico, apenas vio buenos resultados -y estoy hablando no de muchos meses sino de dos meses después de lanzado el plan- estuvo dispuesto a brindar un apoyo que fue muy importante y que nos ayudó muchísimo a crear confianza en los mercados financieros internacionales y tener acceso al mercado de capitales.
P. ¿Qué tendría que hacer Rusia para que los inversores extranjeros se decidieran a volver?
R. Tiene que resolver estos dos problemas fundamentales que mencioné antes. Conseguir que el rublo se transforme en una moneda de valor estable en forma permanente y hacer funcionar el sistema impositivo para recaudar lo necesario para financiar todos los gastos del Estado, es decir, eliminar el déficit presupuestario.
P. ¿Cree usted que en la actual situación se puede evitar una explosión social? R. Se puede evitar la hiperinflación. Sin duda que la hiperinflación es evitable. Apenas se estabilice el rublo se corta la espiral hiperinflacionaria. O sea que técnicamente es posible. Y la experiencia argentina lo demuestra. Ahora, si los rusos lo van a conseguir o no, yo no voy a dar una opinión. Yo he venido para ayudarlos, o sea que no me voy a poner en analista escéptico que dice: No, no hay solución. Sería necio de mi parte. Yo espero que lo líderes rusos y su sistema político den lugar a la conformación de un Gobierno que pueda implementar las medidas que se necesitan para abortar la hiperinflación y para evitar una crisis social de envergadura. Pero esto no es un pronóstico, esto es lo que quiero que ocurra. Ahora, si yo fuera un analista que quiere provocar títulos que llamen la atención, por supuesto que me podría poner en escéptico y decir que no hay solución, pero eso no le sirve para nada a los rusos ni a la humanidad.
P. Pero en el caso que Rusia fracasara, ¿usted cree que la población está en condiciones de soportar una nueva hiperinflación como la que vivió en 1992?
R. Bueno, las sociedades no desaparecen. Han pasado por terribles crisis y las naciones siguen existiendo y las sociedades también. Yo creo que nuestra actitud, la actitud de los que de alguna manera podemos con nuestra experiencia hacer algún aporte, debe ser de tratar de que las crisis no se profundicen y la gente sufra lo menos posible. Pero si el Gobierno no acierta, habrá sufrimiento, como lo ha habido muchas veces en la historia de Rusia y de la humanidad.
P. ¿Qué clase de poder político puede imponer un programa como el que usted propone?
R. Yo creo que un Gobierno que obtenga la aprobación de la Duma y que sea un Gobierno no provisional va a poder adoptar la decisiones. Y aunque inicialmente puede parecer un Gobierno débil, si tiene éxito en estabilizar el rublo va a concitar el suficiente apoyo popular como para transformarse en un Gobierno más fuerte. O sea, tampoco esta cuestión del poder político es algo que nace del cielo. El poder político se construye con aciertos en la conducción del Gobierno y con apoyo popular.
P. ¿Cree usted que la economía mundial está entrando en un nuevo periodo de depresión?
R. La economía está ya viviendo una crisis monetaria y financiera que yo creo es de escala mundial. Ahora, si eso va a provocar depresión en todo el mundo, todavía no se puede decir o afirmar, porque sin duda todavía Europa y Estados Unidos crecen vigorosamente. Pero a mí me parece que sería muy prudente por parte de las autoridades monetarias tanto de Europa como de Estados Unidos preocuparse por abortar una posible depresión. Porque ése es el peligro. Hoy no hay en el horizonte ningún peligro de inflación y, por lo tanto, estar preocupado por algo que no nos acecha y despreocuparse de un riesgo cierto de depresión, creo que sería insensato. Es mejor que las autoridades monetarias presten atención al riesgo de recesión económica mundial y actúen en consecuencia para evitarlo.
P. La crisis financiera actual ha golpeado las economías emergentes, particularmente a Latinoamérica ¿Cuál es su pronóstico para el futuro próximo en este aspecto?
R. Yo no hago pronósticos, porque no soy un analista económico, yo soy un hacedor de política económica, soy un participante del mundo político. Por lo tanto, estoy trabajando para que en Latinoamérica no nos sumerjamos en una crisis como la que afectó a México en el año 95. En mi opinión, la degradación de la deuda latinoamericana que dispuso Moody"s el jueves pasado, que provocó el desplome de las bolsas de Sao Paulo, de Argentina, de México, es una suerte de profecía autocumplida, porque obviamente si una agencia de riesgo como Moody"s toma una decisión así en medio de una crisis financiera internacional, ciertamente contribuye a agravar la situación de los países afectados. Pero nosotros en América Latina vamos a demostrar que esa evaluación es equivocada y vamos a trabajar para que ni Brasil ni Argentina ni México ni ninguno de los otros países de América Latina se sumerjan en una crisis como la que afectó a México en el año 1995.
P. ¿Cómo espera usted recibir el poder en la Argentina si gana las elecciones presidenciales del año próximo?
R. En lo económico, bien. En lo social, con muchos problemas. Pero justamente ése es el desafío. Argentina tiene que avanzar en el cambio de las reglas del juego que tienen que ver con la educación, con la salud, con la seguridad y con la política social en general. Así como fui capaz de cambiar las reglas del juego que se aplicaban en el pasado a la economía y que ahora funcionan en general muy bien.
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