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Agricultura da los primeros créditos por el incendio del mes de julio

La Generalitat firmó ayer en Solsona los primeros créditos blandos que concede a afectados por incendio forestal. Es la primera ayuda económica que los agricultores reciben del Gobierno catalán tras el incendio del pasado 18 de julio que, en cuatro días, calcinó 27.000 hectáreas de bosques y matojos en las comarcas de la Cataluña central. El consejero de Agricultura, Francesc Xavier Marimon, criticado muy duramente por un amplio sector de los agricultores y ganaderos afectados por los fuegos de julio, presidió el acto en que siete propietarios firmaron créditos por valor de 104 millones de pesetas a un interés del 6%, a devolver en 10 años y con tres años de carencia. En el acto no hubo incidentes y se desarrolló sólo con la presencia de los firmantes de los préstamos. Estos créditos son para reponer inmuebles afectados por las llamas. La Generalitat subvenciona cinco puntos del interés y los propietarios pueden acceder a diversas ayudas parciales sobre el importe básico del crédito. En las operaciones de ayer, el Gobierno aportará 87 millones. En estos momentos, en la Generalitat se han presentado 65 expedientes de la comarca del Solsonès, 11 de la Segarra, y otros 12 entre las comarcas de Bages y Anoia. En estos 88 expedientes se solicitan 540 millones en crédito, lo cual supondrá al Gobierno catalán un desembolso global de 350 millones, según han informado fuentes de Agricultura. Marimon aseguró ayer que la voluntad del Ejecutivo es conceder todos los créditos este mes de septiembre. Actitud crítica A pesar de las ayudas, la Generalitat tiene un amplio sector de afectados críticos con su actitud. En Solsona se ha creado la Plataforma Mai més, que está estudiando la posibilidad de pleitear contra los responsables políticos de la actuación de los bomberos y de los Mossos d"Esquadra. Marimon intentó convencer a los siete firmantes de los créditos de la voluntad del Gobierno catalán de solucionar problemas que se detectaron en las ayudas oficiales por el incendio del Bages en 1994. En este sentido, el consejero aseguró que en la próxima reunión del Consell Executiu se pueden aprobar las ayudas para cortar y sacar la madera quemada de los bosques. Las subvenciones a fondo perdido oscilan entre 90.000 pesetas por hectárea en el caso de bosques de pino y 130.000 en las zonas de encinas y robles, que son la minoría. Algunos agricultores afectados por el incendio de 1994 aún no han cobrado estas ayudas, un problema que Marimon se comprometió ayer a solucionar en 1998 a través de dos acciones: por una parte, adelantar el 50% de la ayuda en el momento en que se conceda la subvención y, por otra, poner a disposición de los afectados 140 contratos de personas que proceden del paro, que serán subvencionados íntegramente por el Departamento de Trabajo.

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