Una pequeña gran película
A partir de la un tanto misógina frase "todas hieren... sólo la última mata", el guionista y director Pablo Llorca hace un personal e interesante trabajo que se aparta por completo de lo que suele ser habitual en el cine español. Tanto de las primeras películas de sus compañeros de generación, como de las de directores consagrados. Gracias a un bien manejado tono experimental, a su habilidad técnica y a plantear una peculiar historia de amor llevada hasta sus últimas e insensatas consecuencias. Situada en un lugar al margen del espacio y el tiempo -la única información que se da es que uno de los personajes regresa tras pasar 15 años en un campo de concentración, lo que tampoco sitúa mucho la historia-, Todas hieren es una pequeña producción de bajo presupuesto, pero que gracias al trabajo de Llorca y sus actores se convierte en una gran película.Al igual que la música de fondo es el Cuarteto para piano nº 3 en Do Menor, de Brahms, Todas hieren es otro peculiar cuarteto, donde tres hombres muy diferentes giran en torno de una hermosa mujer, mucho más joven que ellos, perdidos en una casa situada en ninguna parte, en buena medida rodada en oscuros interiores, donde la buena fotografía de Aitor Mantxola se concentra hasta en las partículas de polvo en suspensión.
"Todas hieren"
Director y guionista: Pablo Llorca. Fotografía: Aitor Mantxola. Música: Brahms. España, 1998. Intérpretes: Luis Miguel Cintra, Eusebio Lázaro, Leonor Watling, Alberto Jiménez, José María Caffarel, Luz Cebollos. Estreno en Madrid: Ideal.A partir de la un tanto misógina frase todas hieren... sólo la última mata, el guionista y director Pablo Llorca hace un personal e interesante trabajo que se aparta por completo de lo que suele ser habitual en el cine español. Tanto de las primeras películas de sus compañeros de generación, como de las de directores consagrados. Gracias a un bien manejado tono experimental, a su habilidad técnica y a plantear una peculiar historia de amor llevada hasta sus últimas e insensatas consecuencias.
Tras la ambiciosa Jardines colgantes (1993), su primer largometraje, que ha recorrido gran cantidad de festivales pero nunca se ha estrenado, Pablo Llorca debe esperar cinco años para hacer Todas hieren, que por fin se ha estrenado antes de participar en el Festival de Montreal. Uno de los atractivos de la película reside en su reparto. En el centro se sitúa una espléndida Leonor Watling, descubrimiento de Pablo Llorca en su anterior película, rodeada por el portugués Luis Miguel Cintra, actor habitual de Manoel de Oliveira, y Eusebio Lázaro, en uno de los mejores trabajos de su carrera.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.