Francia, Reino Unido, Alemania e Italia piden a Rusia que acelere las reformas exigidas por el Fondo Monetario

Los indicios de un cambio radical de la política económica rusa motivaron ayer que los ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia enviaran una carta al primer ministro en funciones, Víktor Chernomirdin, en la que le piden que continúe con las reformas pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en julio pasado.[En la misma línea se expresó el director gerente del FMI, Michel Camdessus, quien advirtió a Rusia que la crisis financiera que afronta no debe servir para que se retomen antiguos estilos de la economía soviética. En una conferencia de prensa en Washington, posterior a una reunión del Fondo para analizar la crisis rusa, Camdessus dijo que el FMI apoyará a Rusia siempre y cuando mantenga reformas de libre mercado].

Sin embargo, Alexandr Shojin, jefe del grupo parlamentario del partido de Chernomirdin, insistió ayer en que hay que abandonar la política monetarista y aplicar ciertas medidas de control estatal para estabilizar la situación.

A esta carta siguió una declaración personal del ministro de Hacienda alemán, Theo Waigel, quien advirtió que Rusia no recibirá más dinero del FMI si no continúa las reformas. Mientras tanto, en Moscú, aunque el mercado de divisas permaneció cerrado por orden del Banco Central, las ventas entre los bancos a través del sistema electrónico continuaron. El dólar se vendió a 11,9-13,5 rublos en las operaciones con fecha de ayer, mientras que en los contratos con fecha de hoy cotizó a 12-13,9 rublos. Los rusos continuaron ayer tratando de sacar sus depósitos bancarios, con poco éxito.

La crisis de la banca comercial persiste. El SBS-Agro, con problemas de liquidez, fue intervenido por el Banco Central, que decretó su cierre por dos semanas. La Bolsa de Moscú ganó un 5,66% con muy poco volumen, tan sólo 360 millones de pesetas.