Buenos humos para el Penyal d"Ifac
Desde este verano, en 50 hectáreas de territorio valenciano se ha impuesto la prohibición de fumar. Se trata de las que integran el Parque Natural del Penyal d"Ifac, en Calpe, uno de los parajes más visitados de la costa que encierra en su interior alrededor de 300 especies vegetales cuya conservación impone el establecimiento de medidas extraordinarias para evitar todo riesgo de incendio. El tórrido verano ha secado los matorrales, y una simple colilla puede resultar fatal para este delicado y emblemático enclave de la Marina. La mole caliza que se adentra en el mar, de escarpadas laderas, pasión de escaladores y con una cota máxima de 332 metros, acoge también hasta 80 especies de aves marinas migratorias, errantes y nidificantes. Su riqueza biológica y paisajística motivó que en 1986 la Generalitat adquiriera el paraje, de propiedad municipal hasta que en 1962 pasara a manos privadas. En 1987, el Penyal d"Ifac fue declarado parque natural por decreto del Consell, junto con el Montgó de Dènia. El plan director del parque, redactado de acuerdo a la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres, establece las normas generales de regulación de usos y actividades en el interior del parque. Este año se superará la cifra de 100.000 visitantes en grupos organizados, según informa Daniel Suárez, director-conservador del Penyal. Durante el mes de julio, en el que comienza a aplicarse de forma estricta la regulación de entrada al paraje, limitada a 120 personas simultáneamente, entraron en el parque un total de 13.718 personas. La visita dura 150 minutos si se accede hasta la cima, y poco más de una hora si se da por concluido el recorrido en el túnel construido a principios de siglo que atraviesa una de las paredes de la roca. "Hemos conseguido evitar la masificación, aún después de ser flexibles en el operativo de acceso aplicado", comenta Suárez. El empeño de los conservadores no era otro que evitar daños un medio natural frágil. Las visitas están reguladas por itinerarios que nadie se puede saltar, y los grupos siempre van acompañados de un guía. Durante el estío trabajan también en el parque efectivos de Protección Civil que aporta el Ayuntamiento de Calpe y voluntarios enviados por la Consejería de Medio Ambiente, jóvenes universitarios distribuidos por las zonas de riesgo que centran su labor en advertir a los visitantes sobre las medidas establecidas para proteger el medio natural y prevenir accidentes. Al principio de verano, cuando el termómetro anunciaba la llegada de una estación especialmente calurosa, los responsables del parque advirtieron que los visitantes arrojaban colillas de cigarrillos y puros por detrás de la valla que discurre por la senda que cubre el recorrido, sin posibilidad de apagarlas convenientemente. Fue entonces cuando Daniel Suárez decidió establecer la prohibición de fumar en todo el ámbito del parque. "Ante la gran cantidad de vegetación seca, el riesgo de incendios es más que evidente en estos meses, y aquí no disponemos de medios suficientes para atajar una tragedia que sería inevitable si se desataran las llamas", explica el director-conservador del Penyal d"Ifac. Los visitantes han acatado la prohibición sin mayores dificultades. Un cartel de grandes proporciones situado a la entrada del parque advierte de la norma, y otros de menor tamaño han sido distribuidos por el paraje. "Cualquier persona medianamente sensata comprende que no se debe fumar en estas condiciones, y no hemos tenido problemas", explica Suárez. En los montes valencianos no está prohibido fumar. Tampoco en los parques naturales ni espacios protegidos, según informó ayer la Consejería de Medio Ambiente, que aprueba la medida impuesta en el perímetro del Penyal d"Ifac. Únicamente cuando se está en situación de alerta 3, con fuerte riesgo de incendios, se aconseja a los fumadores contener el vicio en estos parajes. La visita al paraje incluye, además del recorrido por las sendas, una gira por el Centro de Información, que acoge exposiciones sovbre la conservación de la naturaleza, y un salón de actos en el que se proyectan a diario audiovisuales sobre el parque y su flora y fauna silvestres. Entre los elementos a proteger figuran las fuentes existentes en el ámbito del parque, y está prohibida cualquier acción que pueda alterar el caudal y la calidad de las aguas. Los aljibes y canalizaciones se incluyen en el catálogo de interés, sujetos a un programa de restauración para que puedan realizar las funciones para las que fueron creados. Los movimientos de tierra, que modificarían la estructura del suelo, son impensables, hasta el punto de que la regeneración de espacios para atajar la erosión se debe realizar con materiales del mismo origen a los perdidos, y previo un informe de los expertos que justifique la medida. El más pequeño de los parques naturales de Europa está vetado a la circulación rodada, aunque se permite el acceso de vehículos conducidos por minusválidos. En todas las publicaciones referidas al Penyal d"Ifac consta su lema conservacionista: "Protegiendo la naturaleza y el medio ambiente nos proyectamos al futuro responsablemente".
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