José Tomás volvió a soñar el toreo
José Tomás, hasta ahora, había manejado la escoba. Ayer puso de manifiesto que es titular de una agencia de limpieza al completo. Tiene como socio principal al valor, que le permite sentir los pitones a muy corta distancia sin darse por enterado; a la ciencia taurina, que le permite inventarse un toro donde no lo había, y a la bendita ambición de ser figura del toreo.El tercero era el de menos clase: se manifestaba tardo, reservón y probón en los dos primeros tercios, con la única cualidad de la capacidad para humillar. Unos estatuarios haciendo girar el toro a su alrededor y, acto seguido, al platillo.
Comenzó la lección al elegir la distancia adecuada para encelar al toro y llevarlo cada vez más largo y más lento. Si se lo propone, lo trae hasta Galapagar, carretera adelante, como un perrillo. Se impuso en toda la línea y culminó por naturales de perfil, sin más movimiento que el giro de las plantas necesario para tomarlo de nuevo. A la hora de matar, volvió a colocarse entre los pitones y arrancó en la rectitud para dejar una estocada hasta las cintas llevándose un golpe en la pierna. No fue faena, que fue milagro.
Algarra / Joselito, Ponce, Tomás
Cinco toros de Luis Algarra, 5º inválido, y 6º, de Zalduendo. Joselito: aviso y ovación; oreja; Enrique Ponce: oreja y ovación. José Tomás: dos orejas; aviso y ovación; salió a hombros por la puerta grande. Plaza de Almería, 26 de agosto. Cuarta corrida de feria. Lleno.
El de Zalduendo fue sólo fachada. Cada vez que le crujían los riñones con la vara o la muleta, perdía interés en la pelea. José Tomás afirmó su superioridad a fin de no dejarse apabullar por el cobarde grandullón. No se aplicó con los aceros.
Lo mejor de Enrique Ponce fue su gallardía al entrar a matar en los medios, ser esperado por el pitón, afortunadamente poco certero, y repetir en el mismo sitio para volver a salir con apuros; cambió a la suerte contraria y allí acabó con el morlaco. El quinto fue un lisiado.
Si me fuera dado, me gustaría saber qué le pasa a Joselito.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.