El Cesid advierte que Argelia tendrá en dos años capacidad para producir plutonio militar
Argelia ha renunciado a la bomba atómica, firmando el Tratado de No Proliferación (TNP) y sometiéndose al control del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Sin embargo, sigue adelante con un programa nuclear que excede con mucho sus necesidades civiles y en dos años tendrá las instalaciones necesarias para producir plutonio militar, elemento clave de la bomba atómica. Así lo advierte un informe confidencial elaborado en julio por el Cesid, según el cual, Argelia estará a final de siglo en condiciones técnicas de acceder al armamento nuclear si lo deciden sus autoridades.
Las pruebas nucleares realizadas en mayo pasado por India y Pakistán han disparado las alarmas en Occidente sobre el riesgo de proliferación del armamento atómico entre los países del Tercer Mundo. Para España, la principal preocupación se centra en el programa nuclear desarrollado por Argelia, con el apoyo técnico de China y Argentina. En este contexto, el servicio secreto Cesid elevó el pasado mes de julio un informe al Gobierno, al que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que describe la situación actual de dicho programa y advierte sobre el peligro que conllevaría su desviación hacia objetivos militares. "Actualmente, Argelia se encuentra plenamente incorporada al Régimen de No Proliferación , tras la aceptación de la disciplina exigida por las salvaguardias nucleares del OIEA", afirma el documento del servicio de inteligencia, clasificado como confidencial.
"Sin embargo", agrega, "el programa nuclear argelino, concebido originalmente con un propósito claramente militar, continúa dotándose de las instalaciones necesarias para llevar a cabo todas las actividades vinculadas al ciclo completo de obtención de plutonio de grado militar, elemento clave de un programa de armamento nuclear". "Si bien la decisión del Gobierno argelino respecto de su programa nuclear se encuentra actualmente alejada de la voluntad política de la década de los ochenta , los conocimientos adquiridos por una notable plantilla de técnicos y científicos, así como la disponibilidad de las instalaciones con que contará a finales de siglo, situarían a este país en una posición privilegiada para retomar el inicio de un programa de carácter militar si se tomara la decisión política correspondiente", concluye el informe.
La inestabilidad política de Argelia, inmersa en un sangriento conflicto civil desde que en 1991 se suspendieron las elecciones que daban la victoria a los integristas, abona la posibilidad de que futuras autoridades argelinas pudieran revisar su renuncia al armamento atómico.
Presiones de Estados Unidos
El informe del Cesid no deja ninguna duda respecto al objetivo que tenían los acuerdos secretos firmados por Argelia con China y Argentina a principios de la década de los ochenta: producir "plutonio de grado militar, material necesario para poder llegar a integrar armamento nuclear". Fueron las presiones de Estados Unidos, cuyos satélites descubrieron la construcción del reactor nuclear de Es Salam, en las proximidades de la localidad de Birine, a unos 250 kilómetros al sur de Argel, las que llevaron a las autoridades del país magrebí a aceptar en 1992 las salvaguardias del OIEA y a adherirse en 1995 al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). La inspección de las instalaciones argelinas por parte del OIEA produjo tensiones, ya que se descubrió que 3 kilogramos de uranio enriquecido, algunos litros de agua pesada y varias pastillas de uranio natural suministradas por China no habían sido declaradas a dicho organismo. Una vez superadas estas diferencias, el documento estima que el régimen de salvaguardias del OIEA, que incluye inspecciones trimestrales, "no garantizará totalmente la imposibilidad de una utilización irregular no declarada de las instalaciones nucleares argelinas, pero sí impedirá que estas actividades puedan llevarse a cabo de forma continuada".
El reactor nuclear Es Salam tiene capacidad teórica para producir hasta 3 kilos de plutonio cada año, pero el informe estima que sólo algunos gramos podrían ser desviados para fines militares sin que los controles internacionales lo detectaran.
Además, según el informe, Argelia depende del suministro exterior de combustible nuclear, -el OIEA ha confirmado la compra de 150 toneladas de concentrado de uranio a Níger en 1984- por lo que no es "autosuficiente para emprender un programa nuclear militar en solitario, siendo ésta su principal limitación en estos momentos". No obstante, esta última afirmación puede verse desmentida por el reciente descubrimiento de uranio en la región de Hoggar, al sureste del país.
En todo caso, el mayor motivo de inquietud radica en el hecho de que la aceptación de las salvaguardias del OIEA y la adhesión al TNP por parte de Argelina no han supuesto una paralización de su programa nuclear y ni siquiera un replanteamiento del diseño inicial, concebido con fines militares.
Toda la documentación relativa al proyecto, agrega el informe, sigue clasificada como secreta por las autoridades argelinas, "lo cual sorprende debido al uso totalmente pacífico que, según las declaraciones oficiales", van a tener dichas instalaciones.
Como consecuencia, el Comisariado de la Energía Nuclear -que dirige desde marzo pasado todas las actividades en este sector- se encuentra "con unas capacidades en el campo nuclear muy superiores a sus necesidades", a juicio del Cesid. Necesidades, por otra parte, muy limitadas, ya que la mayor riqueza de Argelia está precisamente en sus abundantes recursos energéticos, especialmente el gas natural.
La preocupación por el desarrollo del programa nuclear argelino no es exclusiva del Cesid. En términos muy similares se expresaba el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) de Washington en un documento difundido a principios de junio, que subrayaba además la posesión por las Fuerzas Armadas argelinas de vectores -bombarde-ros, lanzamisiles y cohetes de fabricación soviética- susceptibles de llevar armas nucleares.
Argelia cuenta también con los polígonos subterráneos donde, antes de la independencia del país, realizó Francia las pruebas de su propia bomba atómica.
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