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LA PLAYA

La playa se va de vacaciones

Será una playa para madrugadores y ciclistas. La advertencia de los técnicos del Ayuntamiento de Valencia no es gratuita: dentro de unos meses, cuando se marchen las excavadoras y los obreros, la playa de El Saler sólo contará con unas 5.000 plazas de aparcamiento y unos exiguos accesos por carretera. Las nuevas dunas y la vegetación autóctona han reemplazado el vetusto paseo marítimo, los merenderos y el asfalto para regenerar y disminuir la presión turística en uno de los parajes más valiosos de L"Albufera. Pero todos reconocen que costará modificar los hábitos de los ciudadanos, fieles durante décadas al baño dominical en El Saler y a la comida de pic-nic a la sombra de su frondosa pinada. Las ofertas alternativas (la Malva-rosa y Pinedo) no resisten las comparaciones. Por eso, ni las obras ni los monumentales atascos de la carretera Natzaret-Oliva han conseguido que algunos valencianos renunciaran al tradicional chapuzón en su codiciada playa. El Ayuntamiento se ha visto obligado a instalar una posta de Cruz Roja para garantizar su seguridad. Las nuevas dunas deben proteger a la playa de los temporales que han inundado el polideportivo, un colegio y los chiringuitos en los últimos años. Tras la operación de cirugía, El Saler será un escenario apetecido por ciclistas, corredores y andarines. Carriles-bici de cemento y paseos enladrillados surcarán su tejido arenoso y, camuflados entre las dunas, se instalarán varios merenderos. Pero la conservación del paraje dependerá de que la gente respete las dunas y acceda a la playa por las pasarelas. Más allá de El Saler, donde acaban las obras, el visitante puede disfrutar de un entorno salvaje. Arena en estado puro. Entre la Gola del Pujol y la del Perellonet se extiende la playa de La Devesa. Cinco kilómetros de espacio natural frecuentado apenas por los huéspedes del Parador Lluís Vives y el Casal d"Esplai, un albergue municipal que tiempo atrás acogió un cuartel de la Guardia Civil. Los más viejos aún recuerdan la estampa de los guardias midiendo la playa con los mauser al hombro.

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