El tratamiento de las aguas tóxicas del Guadiamar finalizará el 31 de agosto

Las administraciones cumplirán el plazo -finales de septiem-bre- marcado por los científicos para realizar el tratamiento y desembalse de las aguas tóxicas retenidas en el límite norte del Parque Nacional de Doñana, desde el desastre ecológico provocado por la rotura de la balsa minera de Aznalcóllar. La comisión Junta-Gobierno informó ayer de que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir habrá finalizado esta operación el próximo 31 de agosto. El representante del Gobierno en la comisión, Félix Pérez Miyares, explicó que el desembalse al Guadalquivir de los casi cuatro hectómetros cúbicos de aguas tóxicas permitirá que el 1 de septiembre empiece la limpieza del fango de las 1.500 hectáreas de la zona, fundamentalmente concentrado entre los muros que pararon la riada del 25 de abril. Para esta limpieza se procederá, primero, a un "desagüe de impacto" con las aguas limpias retenidas en el cauce norte del Guadiamar. Estas aguas pasarán por la gran depuradora construida en la zona de Entremuros para su tratamiento y posterior vertido. Después se procederá a la retirada con maquinaria del fango, que también será tratado en la depuradora que lo almacenará en varios tanques. Los camiones-bañeras lo trasladarán a la mina abandonada de Aznalcóllar. Según los cálculos de Pérez Miyares, el cauce se restituirá en la primera quincena de septiembre. El representante de la Junta, José Antonio Viera, aseguró que ya se han retirado los lodos toxicos en el 62,64% de las 4.000 hectáreas afectadas a lo largo del cauce del Guadiamar. Viera recalcó que en septiembre también habrá concluido esta operación y mostró su preocupación por que las lluvias de otoño provoquen una fuerte erosión en el cauce.