Una cana al aire.

Los mercados de valores, una vez realizado el ejercicio de autoconfianza basado en una situación absurda - en el parqué se afirmó que también las bolsas echan una cana al aire de cuando en cuando-, han vuelto a una situación de equilibrio precario que encontró un inesperado apoyo en la fortaleza del yen. La moneda japonesa hizo frente a la revalorización del dólar ante el resto de las divisas e incluso la superó, puesto que en algunos momentos cotizaba por encima de los 144 yenes, nivel que recuperó a última hora de la tarde.

La reacción de las bolsas debe inscribirse como un ajuste técnico después de una racha de recortes que no tuvieron en cuenta la situación de cada economía, es decir, que midió a todos los mercados por el mismo rasero debido al conocido efecto de contagio que actúa, sobre todo, en los momentos de tensión . La proximidad, para el conjunto de los mercado, del vencimiento de los contratos de futuros de este mes, ha tenido bastante más peso que una declaración que venía dictada por las circunstancias y por las encuestas y que, como en el caso delas crisi rusa o japonesa, apenas cambia nada en el fondo del asunto.

La contratación del mercado continuo español fue de 120.583 millones de pesetas efectivas, de las que 31.500 millones los aportó Argentaria Bolsa mediante un par de aplicaciones sobre Endesa y Repsol.

Restando las operaciones casadas de antemano, las aplicaciones, la bolsa vuelve a quedarse muy por debajo de los 10.000 millones de pesetas y en una situación delicada, ya que muchos operadores aprovecharon la ocasión que les ha brindado la casualidad para deshacer algunas posiciones de dudosa rentabilidad inmendiata.

En el mercado de deuda apenas hubo variaciones. La rentabilidad del bono español se mantuvo en el 4,73%, mientras que en Alemania se prodigaron las retiradas buscando liquidez - la crisis rusa también pasará factura - y el diferencial se ha reducido en una centésima, hasta los 0,30 puntos