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Payeses e industriales llegan a un acuerdo sobre los precios mínimos de la madera quemada

Los payeses afectados por los incendios forestales del pasado mes de julio -que arrasaron 27.000 hectáreas del Bages y el Solsonès- y el sector industrial de la madera han llegado a un acuerdo para establecer los precios mínimos que se van a pagar por la madera de las zonas arrasadas por el fuego. El acuerdo se tomó en una reunión celebrada en Manresa entre industriales de las serradoras y representantes de Unió de Pagesos y permitirá la constitución de la mesa de la Focrem, comisión encargada de velar por el cumplimiento de los pactos establecidos.

Ayudas para el almacenaje Ante estas reivindicaciones, el sector industrial -que agrupa al gremio de aserradores y al de los rematantes- se comprometió el lunes en Manresa a traspasar la petición al Ministerio, la Generalitat y las Diputaciones provinciales de las comarcas afectadas. Una vez llegados al acuerdo, ahora es el Ministerio quien tiene que aprobar los precios y la formación de Focrem. Juntamente con la Generalitat de Cataluña, financiará las ayudas para el almacenaje. La Administración subvencionará el 100% del interés de los préstamos que soliciten los empresarios con este fin, facilitando la venta de la madera quemada. Por otra parte, el acuerdo de precios implica también el compromiso de los industriales de comprar toda la madera afectada en el gran incendio de julio que arrasó 27.000 hectáreas de bosque de la Cataluña central. En lo que no se llegó a ningún acuerdo es en la proposición del sindicato agrícola de que el precio se fije por volumen de madera y no por peso, ya que los payeses consideran que los árboles pueden tener la misma utilidad ahora que dentro de un año, pero entonces su volumen habrá disminuido hasta un 40%, con lo que el empresario estará comprando la madera casi a mitad de precio. Josep Puigpelat declaró: "Este punto lo dejamos pendiente para más adelante, ya que mientras tanto miraremos si hay algún mecanismo de corrección para compensar la pérdida de peso de los árboles". Sin embargo, la decisión se tendrá que tomar como máximo en septiembre cuando se reanude la actividad de las administraciones después del periodo estival. En la zona arrasada por el fuego se encontraban algunas de las mejores explotaciones forestales de Cataluña. Unió de Pagesos había pedido al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que las ayudas previstas para compensar las pérdidas fueran a parar directamente a los afectados, en lugar de entregarlas a los madereros. La Generalitat puso en marcha este sistema a raíz de los grandes incendios ocurridos en 1994. Consiste en entregar las ayudas a los industriales que compran la madera a cambio de fijarles unos precios mínimos y obligarles a retirar toda la madera afectada por los incendios. El precio de la madera era un elemento clave, puesto que los madereros intentaban presionar los precios a la baja alegando que tenían grandes reservas almacenadas.

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