Un día franciscano
Para digerir tanta grandeza, nada mejor que acercarse a Anif, donde se encuentra la tumba de Karajan. La población se encuentra a unos ocho kilómetros al sur de Salzburgo y el camino discurre entre hayas y robles por la ribera del Salzach. Cuesta encontrar la tumba. Está al pie del imponente Untersberg, mirando hacia él, junto al campanario románico de la pequeña iglesia. Cubierta de flores rojas, blancas y amarillas, tiene una pequeña cabecera en piedra clara, oculta por la vegetación. Pone: "Herbert von Karajan, 1908-1989". Una cruz de hierro corona la lápida. El maestro optó para el descanso eterno por una sobriedad estrictamente franciscana. De bajada, parada en el castillo de Hellbrunn. A la entrada de los jardines barrocos hay un grupo escultórico que evoca los personajes de Don Giovanni con figuras zoomórficas: Don Ottavio tiene busto de león, Don Giovanni, de caballo. Leporello es un gallo con rostro humano. Se parece enormemente a Karajan. Será por la cresta. Más allá, otro gupo de figuras: San Francisco y una madre que amamanta. Decididamente, ayer hacía un día franciscano en Salzburgo.
