Calor sí, pero dentro de lo normal
Córdoba alcanzó el lunes la temperatura más alta del verano al superar los 41º
Pese a que ayer los cielos estuvieron relativamente cubiertos en algunas zonas de Andalucía, ésto no hizo sino aumentar la sensación de calor que se viene sufriendo en la región en los últimos días. Córdoba y Sevilla tuvieron las temperaturas máximas al llegar a 39,4º y 39,1º respectivamente. No obstante, el record del verano lo alcanzó la capital cordobesa el pasado lunes al superar los 41,5º a las 18.15. Estas temperaturas impresionan, más si cabe, tras la aclaración hecha desde el Instituto Nacional de Meteorología (INM): "Son valores a la sombra tomados en nuestras garitas que siempre están orientadas al norte para obtener datos homogéneos". "El calor no nos va a amedrentar, seguiremos la visita", aseguraban ayer a las tres de la tarde Juan Manuel y Guillermo, dos bilbaínos que paseaban por la judería cordobesa. "Es un peñazo trabajar con estas temperaturas, pero en vacaciones no importa. Además, siendo del norte lo que buscamos es sol", aseguraban. Desde EMACSA, la empresa municipal del agua cordobesa, se afirma que en estos días el consumo del agua ha crecido, aunque todavía se nota la cultura cívica que cogieron los cordobeses desde la última sequía. Desde entonces, ni siquiera con estos calores se ha rebasado el consumo de agua que se registraba antes de la falta de lluvias. Turistas en bermudas Como Juan Manuel y Guillermo, cientos de turistas paseaban ayer por las inmediaciones de La Giralda a la hora de la siesta. Las bermudas, la gorra y el sudor en sus caras sonrojadas eran el uniforme general. Al salirse de las zonas turísticas, las calles quedaban desiertas y en muchos de los comercios se podía ver el cartel de cerrado por vacaciones o, en el mejor de los casos, una nota avisando de que el horario de apertura en el mes de agosto se retrasa hasta las seis de la tarde. A pesar de todo desde el INM se insiste en que de ola de calor nada de nada. "Son temperaturas absolutamente normales para esta época del año. Lo que ocurre es que comparado con los dos años anteriores puede parecer una barbaridad de calor", asegura Francisco Montero, Jefe del grupo de Predicción, quien anuncia que aunque el tiempo seguirá estable, las temperaturas bajaran un poco en los próximos días. "Esto es lo que a mi me da vida", afirmaba ayer un turista cerca del Alcazar sevillano refiriéndose al calor. "Pues a mi me mata", le contestaba su pareja con una cara que no parecía indicar estar muy de acuerdo con el paseo. La estampa de los turistas se repite en Granada donde pasean por las empinadas cuestas del Albaicín pegándose a las paredes en busca de una sombra. En Jaén los visitantes no llaman la atención por su número por lo que las calles están estos días completamente desiertas a la horas de la siesta, las de más calor. La mayor acumulación de personas se encuentra haciendo cola en las fuentes públicas. Provincias costeras La cosa cambia en las provincias costera donde las temperaturas suelen ser más suaves gracias a la acción del mar. Málaga apenas sí superó ayer los 30º y Cádiz no pasó de 32º. La excepción la puso Almería donde, a pesar de no llegar a los extremos de Córdoba o Sevilla, se alcanzaron 36,4º. Allí, en cualquier caso siempre están las playas para paliar los efectos del calor. De hecho, las playas andaluzas se encontraban ayer repletas de personas que combatían así el calor.
Alto riesgo de incendios
El riesgo de incendios forestales en la región durante este verano es especialmente alto. El motivo es que al haber llovido mucho durante el invierno han crecido más pastos de lo normal, y éstos, al secarse, aumentan el peligro de incendios. A pesar de estar en alerta por esta circustancia, 1998 está siendo un buen año en lo que a fuegos se refiere. En lo que va de año tan sólo han ardido 1.400 hectáreas en toda Andalucía. Éste es un dato muy favorable si se tiene en cuenta que en el año 1994, en plena sequía, ardieron 17.300 hectáreas o que en el incendio que asoló Cataluña en las últimas semanas se devastaron cerca de 30.000.
Las urgencias sanitarias se mantienen en los niveles usuales
Los hospitales de las zonas más calurosas de Andalucía, tales como el Reina Sofía de Córdoba, el Virgen del Rocío de Sevilla, el Hospital Torrecárdenas de Almería o el Ciudad de Jaén no han sufrido un incremento destacable de ingresos hospitalarios debidos al calor, pese a ello, los médicos insisten en que hay que tomar precauciones ante las subidas bruscas de temperaturas. Todos los años al final del verano, las estadísticas arrojan un considerable número de personas ingresadas por problemas con el termómetro. Los casos más característicos afectan a ancianos y niños. En los primeros, las enfermedades más comunes con la llegada del calor son los ataques asmáticos. Además, las personas que padecen problemas cardíacos pueden, con las altas temperaturas, sufrir una angina de pecho. Entre los más pequeños, los casos que se repiten todos los veranos, son las deshidrataciones y las insolaciones causadas por el exceso del sol. El que hasta ahora no se haya producido un aumento en los ingresos hospitalarios provocados por el calor no significa que no pueda producirse. Por ello, las autoridades insisten en que no se deben de descuidar las precauciones básicas que han de tomarse en esta época del año. La Consejería de Salud y el Ayuntamiento de Sevilla han editado sendos folletos en los que incluyen los consejos básicos para luchar contra las altas temperaturas. Recomendaciones La principal recomendación para luchar contra el calor es ingerir gran cantidad de líquidos. Fundamentalmente agua, pero también zumos o el tradicional gazpacho andaluz, es la mejor manera para protegerse de la deshidratación. Junto a ello los médicos desaconsejan la ingestión de bebidas alcohólicas ya que provocan sopor y aceleran los efectos del calor. Las comidas ligeras, por el contrario, tienen los efectos inversos por lo que son muy recomendables en estas fechas. Además, las autoridades llaman especialmente la atención respecto al cuidado que ha de dispensarse a los enfermos crónicos. Éstos son un grupo de riesgo importante en el verano ya que son muy propensos a sufrir deshidrataciones, que suelen agravarse con la enfermedad ya existente. Las deshidrataciones se producen porque la mayoría de estos enfermos se encuentran en cama de manera permanente, al no moverse no perciben la falta de líquidos lo que les lleva, en muchas ocasiones, a la deshidratación. Las autoridades sugieren el uso de ropa ligera y holgada, así como caminar despacio y a ser posible por zonas que se encuentren en sombra. Y, por último, prudencia a la hora de tomar el sol, usar cremas protectoras y evitar las horas de mayor insolación, que suelen coincidir con las de la sobremesa.
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