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Una defensora del euskera en los juicios del País Vasco

Aurora Intxausti

La juez Garbiñe Biurrun, nacida en Tolosa (Guipúzcoa) hace 37 años, ha sido durante años portavoz de Jueces para la Democracia en el País Vasco. En la reciente polémica sobre la euskaldunización de los magistrados se decantó por defender que los jueces deben conocer las dos lenguas oficiales en esa comunidad autónoma.El grupo de magistrados históricos de la asociación progresista, entre los que se encontraban Joaquín Giménez, Juan Luis Ibarra o Elisabeth Huertas, abandonó la misma por divergencias con el resto de sus compañeros al entender que el rumbo que había tomado esa agrupación suponía una ruptura con el modelo y el espíritu con los que nació en los años 80. El desencadenante de la crisis fue la postura divergente de ambos sectores sobre la euskaldunización de la justicia.

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En febrero, la juez Biurrun lanzó duros ataques verbales contra el magistrado Juan Luis Ibarra, presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. El grupo más sensible a la euskaldunización de los tribunales vascos acusó al sector mayoritario de la asociación de ser "defensor del nacionalismo español".

En 1989, Garbiñe Biurrun, entonces titular de un juzgado de Tolosa, fue criticada por las Gestoras pro Amnistía por "rematar y dar cobertura legal a la represión". En aquellas fechas fue blanco de los ataques de Gestoras por haber enviado a prisión preventiva a varios acusados de haber colocado en Ataun (Guipúzcoa) la barricada de troncos en que perdieron la vida dos personas que iban en un turismo y chocaron contra la misma. Además, ordenó encarcelar a un joven al que la Ertzaintza incautó cócteles mólotov.

La juez, que ha criticado en ocasiones la actuación de la policía vasca, defiende que, pese a las amenazas que sufren los jueces en Euskadi, ellos son los garantes de las libertades de todos los ciudadanos, incluidos quienes les amenazan.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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