Un hotel de lujo para rusos

La oferta turística de Sant Pol incluye el hotel Gran Sol, un establecimiento de 44 habitaciones que es al mismo tiempo Escuela de Hostelería adscrita a la Universitat de Girona. Una estancia de una semana para cuatro personas, con pensión completa, se acerca a las 250.000 pesetas, un precio que hace imposible seguir con la tradición de familias completas que antes pasaban todo el verano en un hotel. Ramon Serra, director del Gran Sol, hace notar que unas 20 familias de por aquel entonces son ahora veraneantes fijos de Sant Pol, con casa propia: "Algunos venían por San Juan y se quedaban aquí todo el verano, pero esto se ha acabado", añade. La estancia media es ahora de 13 días por persona; la última novedad la constituyen los turistas rusos, que en temporada alta representan el 25% de la ocupación total del hotel. Esta última hornada de visitantes gasta dinero a espuertas y quiere estar cerca de un gran centro urbano. "Puede que algunos se marchen de aquí sin haber pisado la playa", dice Serra, que tiene conocimiento de algunos que han llegado a cambiar 1.000 dólares cada día: "La verdad es que no sé en qué los gastan", admite. Si el hotel Gran Sol se esmera en dar buen servicio al cliente y fama a la escuela, el restaurante Sant Pau se esfuerza en figurar en todas las guías gastronómicas. Su menú de 8.000 pesetas no es precisamente popular, pero sí de altísima calidad y muy solicitado: en días señalados. Se quedan sin probarlo quienes no reservaron mesa previamente.