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Detenidos los presuntos autores del fuego de la Cataluña central

Una venganza amorosa puede estar detrás del gran incendio que calcinó 27.000 hectáreas en el corazón de Cataluña. La Guardia Civil detuvo el viernes en Puig-reig (Berguedà) a los jóvenes José María F. G., de 23 años, y José María P. O., de 24, quienes en presencia de sus abogados confesaron a los agentes de la Guardia Civil ser los autores, entre otros, de los incendios de Aguilar de Segarra y Cardona, que se acabaron convirtiendo en el segundo incendio del siglo en Cataluña, pusieron en gravísimo peligro las vidas de muchas personas, causaron un enorme desastre ecológico y desataron una formidable tormenta política.

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José María F. G., con antecedentes por robo y violación, convenció a su amigo José María P. O. para que le acompañara a perpetrar su venganza: quería quemar los bosques para perjudicar el negocio de hostelería que tiene el padre de la chica con la que salía, porque éste se oponía a la relación sentimental. La pareja, para despistar, inició los fuegos el viernes día 17 en Aguilar de Segarra (Bages), a más de 70 kilómetros del negocio que querían perjudicar, un restaurante de Castellar de n"Hug (Berguedà), en el nacimiento del río Llobregat. La humedad de la noche del día 17 hizo que la combustión se produjera sin llamas, hasta que el sábado 18, hacia la media tarde, el fuego empezó a rugir con fuerza devastadora. El domingo día 19, cuando este incendio ya se daba por controlado y se habían retirado efectivos de los bomberos, el fuego volvió a renacer con inusitado poder. Al tiempo, empezaba el incendio de Cardona. Los dos fuegos se juntaron el domingo en una inmensa hoguera que arrasó 27.000 hectáreas en el Bages, el Solsonès, la Segarra y el Anoia. Vicente Faustino, general de la Guardia Civil de la zona de Cataluña, aseguró ayer que el incendio de Aguilar de Segarra quemó por cuatro puntos distintos y que el de Cardona también tenía varios frentes. La Guardia Civil destinó 60 especialistas y más de 500 agentes de las Unidades Rurales y del Servicio de Protección de la Naturaleza y de Tráfico a peinar el territorio calcinado en busca de pruebas y testigos. Del meticuloso trabajo de estos agentes y de la gran colaboración ciudadana -básica para resolver el caso, según Julia García-Valdecasas, delegada del Gobierno- salió el hilo que permitió detener a los presuntos pirómanos. El hilo eran unos vestigios y un Peugeot 205 de color gris cuya matrícula no se conocía. Este coche había sido visto en distintos puntos donde se había prendido fuego y tenía un defecto: uno de sus indicadores de posición estaba fundido y, por tanto, no daba luz. La Guardia Civil ya tenía de dónde empezar a tirar. Se cribaron pacientemente todos los Peugeot 505 de varias comarcas. Se iba acotando el terreno y los círculos eran cada vez más pequeños. Hasta que los agentes dieron en Puig-reig con el Peugeot gris al que no le funcionaba una de las luces de posición: era del padre de uno de los detenidos. Ayer por la tarde fueron arrestados. Al parecer, hacía unos días que habían buscado refugio fuera de su pueblo. Por la noche, sobre el terreno, hicieron la reconstrucción de algunos de los 10 incendios de los que se acusaron. Estas confesiones y reconocimientos los hicieron los dos jóvenes en presencia de sus abogados de oficio, Jaume Farguell, alcalde de Berga, de CiU, y Ramón Fernández. Anoche, la juez Susana Álvarez decretó prisión incondicional sin fianza para ambos detenidos. Jaume Farguell renunció ayer por la tarde a la defensa de uno de los detenidos ante la posibilidad de que el Consejo Comarcal del Berguedà, organismo local que preside, se presente en el caso como acusación particular. Porque los dos detenidos, además del gran incendio de Aguilar de Segarra y Cardona, provocaron otros en el Berguedà que pudieron ser apagados. El último fue el de Castellar de n"Hug. PASA A LA PÁGINA 5

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