Acuerdo económico y desazón autonómica

Aznar y Pujol bendijeron ayer el acuerdo sobre las líneas básicas de los Presupuestos del Estado para 1999 y sobre el ritmo de las inversiones estatales en Cataluña en ese año electoral.Esta sintonía confirma, según ambas partes, la vigencia de la alianza entre el PP y CiU y despeja lo que queda de 1998 de posibles citas electorales. Pujol reiteró ayer su intención de celebrar los comicios catalanes en marzo de 1999, aunque no descartó posibles variaciones. El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, insistió en la voluntad de Aznar de agotar la legislatura.

La estabilidad de la alianza no consiguió disipar, sin embargo, la "insatisfacción" de Pujol sobre el desarrollo del autogobierno catalán. El presidente de la Generalitat lamentó en su encuentro con Aznar la "lentitud" de los traspasos de competencias durante el último semestre, aunque expresó su confianza en que el Gobierno dé un "nuevo empujón, una aceleración" en septiembre con la transferencia de las becas universitarias.

Pujol reiteró la voluntad de CiU de conseguir a partir del año 2001 un nuevo sistema de financiación autonómica, en el que la Generalitat se encargaría de recaudar los impuestos en Cataluña y luego transferiría una parte al Estado. Esta demanda no es nueva, pero el propio Pujol se encargó de señalar que no dejará de "recordar con cierta periodicidad que el actual sistema de financiación es discriminatorio para Cataluña".

El líder nacionalista no pasó por alto la oportunidad de lamentar ante Aznar la conducta del PP de Cataluña respecto a la nueva ley del catalán (a la que los conservadores catalanes se oponen) y a los decretos que la desarrollarán. Pujol subrayó su opinión de que no debería haber oposición alguna al proyecto de decreto que establecerá cuotas de catalán en los cines. El presidente de la Generalitat aseguró que el decreto del cine es "la más inocua" de todas las normas que desarrollarán la ley del catalán porque, dijo, "no afecta a ninguna persona individual".

Pujol recalcó su opinión de que las cuotas lingüísticas de pantalla no atacarán a nadie. "¿Qué agresión es que los ciudadanos catalanes puedan optar entre ver Titanic en catalán o verla en castellano?", ilutró al término de la entrevista. "La agresión es que los catalanohablantes no podamos escoger películas en catalán", concluyó.