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Crece la ayuda española al Tercer Mundo, pero no supera el 0,23%

Los 180.000 millones empleados en 1997, lejos del 0,7%, que apoyó el PP

La batalla del 0,7%, que sembró de tiendas de campaña la avenida de la Castellana de Madrid en una larga acampada de protesta ante el Ministerio de Economía cuando gobernaban los socialistas, continúa pendiente. La cooperación al de España al desarrollo alcanzó en 1997, el "mayor nivel absoluto jamás destinado a cooperación", 180.740 millones de pesetas por todos los conceptos, lo que supone un 0,23% del PNB, según cifras facilitadas por Fernando Villalonga, secretario de Estado para la Cooperación Internacional e Iberoamérica.

"Para apreciar en su justa medida las cifras de 1977, es conveniente compararlas con nuestro entorno internacional más cercano, en el que la media ponderada de ayuda al desarrollo de los países industrializados ha descendido y se sitúa en un 0,22%" señala Villalonga en declaraciones a este diario.El responsable de la cooperación exterior de España, un diplomático procedente de las filas del PP, no ignora el apoyo de su partido, cuando estaba en la oposición, a la campaña del 0,7%, que movilizó a amplios sectores juveniles de izquierda contra el Gobierno socialista. El ministro de Asuntos exteriores, Abel Matutes, recordaba recientemente el compromiso del Gobierno con el 0,7% aunque no se haya fijado fecha para cumplirlo.

España, en opinión de Villalonga, ha realizado un gran esfuerzo en cooperación internaciona l ya que es el país industrializado que "en un porcentaje mayor eleva sus cifras en términos reales del año 96 al 97, en torno a un 11%". Las previsiones para 1998, además, confirman esa tendencia con unas previsiones de gasto de 214.000 millones de pesetas, lo que supondrá elevar el gasto en cooperación al 0,26%.

El crecimiento del PNB en los últimos años hace que aunque en términos absolutos crezca el monto global de la ayuda, en términos relativos no se haya superado la cifra del 0,28% del PNB alcanzados en los años 93 y 94.

Bajo la etiqueta de ayuda al desarrollo se manejan conceptos distintos como la cooperación multilateral, que incluye las cantidades entregadas a organismos internacionales; cooperación bilateral reembolsable o créditos FAD, que sirven para abrir mercados a empresas españolas a tasas de interés preferentes; y la cooperación no reembolsable que incluye la ayuda que distribuye el Gobierno central, los autonómicos y las entidades locales como diputaciones y ayuntamientos.

Para Villalonga, la composición de la ayuda también ha registrado cambios, y se ha reforzado "el componente de donación" destinado apoyar a los sectores sociales más pobres en los países más necesitados. Una de las fórmulas de las que se muestra más orgulloso Villalonga es la línea de microcréditos, inaugurada en 1998, que permite que nazcan pequeñas empresas familiares. La cooperación bilateral no reembolsable de España en 1997 ha supuesto el 43,7% del total de la ayuda, mientras que los créditos a bajo interés o ayuda bilateral reembolsable ha supuesto el 18,27%. En los años 1993 y 1994, recuerda Villalonga, esa tendencia entre las donaciones y la ayuda reembolsable era la contraria.

Por distribución geográfica, Iberoamérica sigue siendo el principal destino de la cooperación española, con el 37% ; la siguen Africa subsahariana ( sobre todo Guinea, Angola y Mozambique, con el 25%); norte de Africa, 10%, Marruecos y Sáhara; Oriente Próximo (Palestina), un 4%; y el resto se destina a países asiáticos, un 15%.

"La ayuda no reembolsable se orienta principalmente a financiar infraestructuras y servicios sociales, como educación, salud, depuración y suministros de aguas" señala Villalonga.

Parte de esta ayuda se distribuye en forma de subvenciones a las organizaciones no gubernamentales (ONG) que presentan sus proyectos tanto ante el Estado como a las autonomías y ayuntamientos.

Para Villalonga, "el debate sobre la cooperación no se debe concentrar sólo en las cifras"; y considera imprescindible "consensuar cuál ha de ser el nivel de recursos que la sociedad española debe dedicar a la ayuda, y dentro de ese monto qué porcentaje debe ser cubierto por los presupuestos públicos y cuál por las aportaciones de los ciudadanos".Ese debate se planteará después del verano cuando el Gobierno presente a las Cortes el Plan director cuatrienal 1999-2002.

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