La UPV inicia la remodelación de la facultad de Ciencias y construirá un polideportivo en Leioa

Consolidados ya los campus de San Sebastián y Vitoria, la Universidad del País Vasco (UPV) se ve obligada a inyectar una gran suma de dinero en el de Leioa. El deteriorado edificio de Ciencias se llevará el grueso de la inversión, 3.400 millones de pesetas. Otros 690 millones irán a la construcción de un polideportivo en este campus, el más aislado de los tres. El rector, Pello Salaburu, anunció ayer estas inversiones y dio a conocer un ambicioso proyecto: convertir Leioa en un campus al estilo británico y reunir en el centro de la ciudad las facultades ahora dispersas por Bilbao.

Los actuales responsables de la UPV han elaborado un proyecto que, de hacerse realidad, convertiría el campus de Leioa en una auténtica ciudad universitaria. Nada que ver con lo que es hoy: un lugar donde la presencia estudiantil se limita a las horas lectivas o de estudio. El otro gran capítulo del plan es aglutinar en torno a la península de Zorrozaurre -junto a Abandoibarra, uno de los ejes centrales del plan para regenerar Bilbao- siete escuelas de la UPV desperdigadas ahora por la ciudad y sus alrededores. No obstante, hacer realidad estos proyectos queda a expensas del apoyo institucional. Salaburu explicó que tras los primeros contactos con instituciones y partidos políticos la respuesta ha sido "en principio, buena". Acabar con el aislamiento del campus de Leioa es uno de los pasos esenciales para revitalizarlo. El plan prevé enlazar mediante un tren ligero el campus y la línea 1 del metro de Bilbao. Leioa, como otros campus levantados a finales de los 60, fue construido lejos del centro urbano para minimizar la repercusión de las movilizaciones estudiantiles. Aquella decisión pasa factura aún hoy: 20.000 personas diarias se las tienen que apañar para llegar hasta allí en coche o autobus, cuya frecuencia es prácticamente nula fuera del horario lectivo. Eso, mientras dura el curso. La ampliación del campus incluiría también la creación de un instituto de investigación en biofísica -en colaboración con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-, un jardín botánico y un vivero de empresas e institutos de investigación, detalló el rector. Lo único que por ahora está totalmente atado es la remodelación del edificio que alberga las facultades de Ciencias y la construcción de un polideportivo. La sede de Ciencias se ha quedado pequeña para sus casi 5.500 alumnos y, lo más grave, en los últimos años "no se ha metido el dinero que hacía falta" para mantenerlo en buenas condiciones, según Salaburu. Una vez concluyan las obras -serán adjudicadas en breve y durarán tres años-, el edificio tendrá un 25% más de espacio, lo que permitirá abrir nuevos laboratorios. "Solos a Zorrozaurre, no" El rector recalcó que el proyecto de trasladar a la zona de Zorrozaurre -junto a la facultad de Sarriko- las sedes dispersas hoy por Bilbao, Portugalete y Barakaldo "supera el interés propiamente universitario". Salaburu reclamó el apoyo de instituciones y empresas. Advirtió: "No vamos a ir allá [a Zorrozaurre] si vamos solos". Esta zona sería uno de los vértices del triángulo que constituiría el nuevo centro de la capital vizcaína, completado por el Museo Guggenheim Bilbao y el palacio de congresos Euskalduna, ahora en construcción. La actual dirección de la UPV quisiera que la Universidad se erigiese en el motor de la regeneración urbanística de esta zona, ocupada hoy por "edificaciones portuarias obsoletas". La península es uno de los lugares barajados por el Athletic de Bilbao para construir en el futuro un nuevo San Mamés. El plan es ambicioso y la inversión estimada, grande. Sólo la construcción del campus supondría 10.000 millones de pesetas, según el estudio elaborado por arquitectos, economistas y abogados por encargo del Rectorado de la UPV. El diseñador del Plan General de Ordenación Urbana de Bilbao, el arquitecto Eduardo Leira, es uno de los padres del proyecto. La UPV ha estimado que la venta de los edificios a trasladar le supondría unos 5.400 millones de pesetas. Para financiar el resto, se requiere "el apoyo decidido de instituciones y empresas", subrayó el rector. Salaburu dejó patente su descontento por el escaso respaldo que presta la Diputación de Vizcaya a la UPV, en comparación con el apoyo de sus homólogas a los campus de Vitoria y San Sebastián. El rector negó que las Universidades se limiten a pedir y pedir dinero. Dio algunas cifras con el propósito expreso de aclarar que la contribución de la UPV a las arcas públicas es importante: "Pagamos 8.700 millones de pesetas en nóminas, que cotizan, facturamos 366 millones en limpieza, 152 en seguridad, 133 en teléfono y 211 en electricidad".