Hasta la próxima

El anuncio de una marca de zapatillas deportivas durante el Mundial: los jugadores de la selección de Brasil se van pasando la pelota con pasmosa habilidad por las instalaciones de un aeropuerto. Una secuencia espectacular. La canción que suena mientras Ronaldo y los demás gambetean es obra de Jorge Ben.Otra vez el binomio música y fútbol. El brasileño la interpretó en directo: Más que nada. Y también Umbabarauma -dedicada al primer jugador africano que recibió permiso para participar en la Liga inglesa- y Filho maravilha -en homenaje a uno de sus ídolos, "que dribló a tres defensas y al portero, en una jugada celestial, y marcó: ¡Gol!"-.

Unas compañías discográficas que le ignoran, un viernes de finales de julio en la ciudad ya casi abandonada, una programación de conciertos al límite de la saturación y un músico al que no se escucha en radio ni se ve en televisión.

Para acabar de liarla, decidió cambiar de nombre hace unos años. El resultado: una entrada floja. Y no se lo merecía Jorge Ben Jor. Porque se trata de un genio de las mezclas y por ser la primera vez que actuaba en Madrid en 30 años.

Hallazgos rítmicos

Para los que acudieron al concierto fue la ocasión de disfrutar con los ingeniosos hallazgos rítmicos del compositor carioca. Puso la directa desde el inicio ("para animar la fiesta...") y el escaso público se lo agradeció bailando con sus temas de toda la vida.Ahí se dejó, uno tras otro temas eternos como País tropical, Zazueira, Spiro Giro... y compartió con dos niños los brincos en Taj Mahal, aquel misil musical de su autoría, que Rod Stewart convirtió, con el mayor de los descaros, en Do you think I´m sexy.

Difícil sustraerse en directo al reguero de éxitos, al personal megamix, del otrora llamado Jorge Ben. Aún a pesar de un técnico de sonido empeñado en situarse fuera de juego en demasiados momentos.

Cuando se anuncie la presencia de este artista, que le hubiera sido arrebatado a la música de no mediar la providencial intervención de un defensa expeditivo, háganse un favor: no dejen que se les escape.