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El Gobierno chino quita al Ejército todos sus negocios para frenar la corrupción

El presidente Jiang Zemin ha ordenado al Ejército de Liberación Popular (ELP) chino que abandone su coqueteo con el capitalismo y que renuncie a su enorme imperio comercial, que salpica a todos los sectores, desde la producción de neveras hasta los campos de golf y salas de karaoke, según informó ayer la agencia estatal de prensa china, Xinhua. Zemin dio la orden durante una reunión de líderes militares organizada dentro de una campaña dirigida a luchar contra el contrabando rampante, que le cuesta al Gobierno de China más de 1,8 billones de pesetas al año.

Cruceros por el río Yangtze, tres equipos profesionales de baloncesto, una compañía aérea, industrias farmacéuticas y textiles, discotecas, restaurantes y hoteles, como el lujoso Palace del centro de Pekín. Éstos son algunos de los negocios propiedad del Ejército chino. Expertos en las Fuerzas Armadas estiman que unas 15.000 empresas son de su propiedad, cuyos ingresos anuales podrían ascender a 1,5 billones de pesetas.La semana pasada el órgano oficial del Partido Comunista, Diario del Pueblo, acusó al Ejército y a la policía de estar involucrados en contrabando, y les advertía de que acabasen con las prácticas ilegales. La reacción de Jiang fue inmediata, aunque no aislada. Forma parte de una serie de reformas diseñadas para limpiar el ELP y transformar su funcionamiento. Los líderes chinos llevan desde 1993 intentando, con no mucho éxito, apartar a los uniformados de sus proyectos para ganar dinero y devolverles al negocio de defender China.

Jiang ha puesto en marcha ahora el esfuerzo más serio para abordar el problema de fondo que tiene el ELP, el de la corrupción, y conseguir que el Ejército pase a ser un instrumento en su deseo de convertir a China en un poder regional y mundial. Militares occidentales afirman que los negocios del Ejército impiden que se concentre en profesionalizar y mejorar el cuerpo, compuesto por 2,3 millones de personas.

"Para concentrar los esfuerzos destinados a reforzar el Ejército, las autoridades han decidido que las Fuerzas Armadas y la Policía tendrán que efectuar escrupulosos controles sobre todas las compañías comerciales puestas en marcha por sus unidades subsidiarias, y desde hoy no podrán involucrarse en su funcionamiento", dijo Zemin.

Las empresas del Ejército se benefician fácilmente del contrabando, ya que los camiones militares no pagan peajes ni pasan inspecciones policiales. El contrabando daña a la economía china afectando a todo, desde el precio del petróleo, que desde enero ha bajado más de 36 dólares (5.236 pesetas) por tonelada métrica a causa del contrabando, hasta el de los coches.

Algunos de los negocios son propiedad de unidades individuales, otros pertenecen a alguno de los siete distritos militares y los restantes se encuentran bajo tutela directa del poder central militar chino. Alguna de las compañías han sido asentadas en el extranjero.

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