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Aumentan las urgencias por consumo de cocaína y drogas de diseño en Barcelona

La asistencia en los servicios de urgencias de Barcelona por problemas derivados del éxtasis y otras drogas de diseño en 1992 no llegó al centenar de casos, y en 1996 fueron cerca de 300. La progresión, aunque en menor grado, también se produce con la cocaína. Por el contrario, los atendidos en urgencias por el consumo de heroína han pasado de cerca de 1.400 en 1992 a 800 en 1996. Son datos que ayer facilitó el concejal de Salud Pública, Xavier Casas, al presentar el plan de acción contra las drogas

El Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha en 1988 un plan de acción contra las drogas consensuado por todos los grupos municipales. Casas y Ricard Armengol, gerente del Instituto Municipal de Salud (IMS), explicaron ayer las principales conclusiones del plan y las líneas de trabajo que se seguirán en el futuro contra las diversas adicciones. Según el informe, un 18% de la población padece algún tipo de trastorno por el consumo de sustancias adictivas -incluyendo el alcohol, el tabaco y las drogas ilegales- a lo largo de su vida. Las dos más extendidas son el alcohol y el tabaco. El número de consultas por problemas derivados del alcoholismo aumenta progresivamente en los centros de atención y seguimiento (CAS) de Barcelona, y una de las razones de ese incremento es la derivación de estos enfermos por los centros sanitarios de base. Así, el número de alcohólicos que recibían tratamiento en 1991 rondaba los 800, cifra que el año pasado se aproximaba a los 2.000. En cuanto al tabaco, el informe destaca que mientras que el hábito de fumar está disminuyendo entre los hombres, no ocurre lo mismo con las mujeres, y subraya que el número de fumadores que han dejado el tabaco representa el 36%. En cuanto a las drogas ilegales, la tendencia a la disminución de la adicción a la heroína permanece estable, aunque sigue siendo la toxicomanía que más problemas de salud pública causa. Casas precisó que en la ciudad de Barcelona entre 9.000 y 10.000 personas padecen trastornos derivados del consumo de heroína y que "unos 8.000 han tenido algún tipo de contacto con los servicios que facilita el plan". De entre las cifras facilitadas ayer en la presentación del plan, destaca el constante incremento de los heroinómanos tratados con metadona, que pasaron de 54 en 1991 a 1.700 el año pasado. Casas subrayó que en esta toxicomanía se ha producido un cambio en el modo de consumo que se refleja en el intercambio de jeringuillas. En 1991 los servicios entregaron 5.632 jeringuillas, cifra que se dispara a 273.939 el año pasado. Las devueltas en 1991 fueron 2.434, y 161.568 en 1997. Tanto el gerente del IMS como Casas afirmaron que con el programa de metadona se ha conseguido, además, mejorar las condiciones generales de vida del toxicómano. Pusieron como ejemplo un estudio del efecto de 12 meses de tratamiento con metadona del que destacan, entre otros aspectos, la drástica caída de los problemas judiciales de los toxicómanos -ya que baja la delincuencia relacionada con el coste de las dosis de heroína-, la disminución de los problemas de aislamiento social y la mejora de la vitalidad y la movilidad del adicto. El consumo de otras sustancias ilegales, en cambio, sigue creciendo, y de una forma más notable en los dos últimos años el de cocaína. En cuanto a las drogas de diseño, el informe destaca su progresión desde 1994, aunque precisa que ello "no justifica la situación de alarma creada" porque se trata de consumidores ocasionales.

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