La tradición excluye a Teresa

Algunos familiares de Teresa Bru se cambian de acera y agachan la cabeza en cuanto la ven. Aunque les toque caminar por donde pega el sol. La dependienta de un comercio no se sienta a tomar un cortado con Felicidad Dasí en el bar porque muchos clientes dejarían de comprar en su tienda. Carmen Serrano ha dejado de hablar del tema en casa para no alimentar la tensión con su marido y su suegro que están "resentidos" con ella. ¿Qué han hecho estas mujeres de El Palmar -una pedanía de Valencia ribereña de L"Albufera- para merecer semejante estigma? Reivindicar ante los tribunales su derecho a levantarse a las tres de la mañana en invierno para pescar llises, anguilas, cangrejos y tenques en L"Albufera. El próximo martes quedará vista para sentencia en el juzgado número 1 de Valencia la denuncia que interpusieron, por discriminación sexual, contra la cofradía de pescadores. Pero ayer, en el sorteo anual de redolins, en el que se asignan un centenar de puestos de pesca en el lago, triunfaron los siglos de tradición masculina. Todos los que lograron puestos de pesca en L"Albufera eran varones. El año pasado, la cofradía alegó que las mujeres descendientes de pescadores no cumplieron el requisito de ir acompañadas de dos pescadores para ser admitidas. Este año querían inscribirse seis hombres y el triple de mujeres (20), pero la cofradía no ha aceptado ninguna incorporación "para no inferferir en la acción de la Justicia". Carmen, sin embargo, cree que lo hacen para que se queden en casa "guisando y planchando".