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Barcelona aumenta el consumo de energía y la producción de residuos hasta límites "insostenibles"

El consumo de energía, la producción de residuos y la emisión de gases a la atmósfera se han incrementado en Barcelona hasta límites "insostenibles", según ha diagnosticado esta semana una comisión de expertos reunida en el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB). La misma evolución negativa registran las posibilidades de acceso a la vivienda, la tasa de fracaso escolar o las desigualdades en la esperanza de vida. En cambio, el consumo de agua, la creación de espacios verdes, la sensación de seguridad ciudadana o el número de personas en paro mejoran, de acuerdo con los datos presentados esta semana por el Foro Cívico Barcelona Sostenible, creado en Barcelona hace tres años.

La salud ambiental, social y económica de la ciudad ha sido analizada por un grupo independiente de expertos reunidos en el Foro Cívico Barcelona Sostenible. Para ello, ha establecido un conjunto de indicadores para medir si Barcelona se aleja o acerca a un desarrollo compatible con el medio ambiente. El diagnóstico, "sin voluntad de alarmismo pero dando un toque de atención", a juicio de Enric Tello, miembro del Foro, profesor de historia económica y militante verde, indica que "Barcelona no consigue un modelo de desarrollo compatible con la conservación del medio ambiente". De los 23 indicadores presentados, 10 tienen un carácter negativo. Los barceloneses han aumentado el consumo de energía en un 15%, y el sector del transporte es el más depredador. El cálculo que han realizado los expertos establece que sería necesaria toda la superficie forestal de Cataluña (1.394.074 hectáreas) para absorber las emisiones de gases CO2 que produce la ciudad de Barcelona, y que son las causantes del efecto invernadero. Sólo se recicla el 4% Asimismo, la producción de residuos urbanos ha aumentado el 30% en los últimos 10 años y su tratamiento resulta cada vez más insostenible porque el nivel de reciclaje es muy limitado (4%). Por otro lado, los ciudadanos tienen dificultades para acceder a una vivienda, pues el incremento de su precio está muy por encima del aumento de las rentas anuales. De la misma manera, la tasa de fracaso escolar aumentó el 9% en 1996 y las desigualdades en la esperanza de vida entre los diferentes barrios de la ciudad no variaron. Por último, la metrópoli depende para su subsistencia de los recursos externos. La producción agrícola de la provincia no alcanza ni el 10% del consumo total de productos básicos, cuando lo ideal sería llegar a la autosuficiencia, según advirtieron los expertos. Pese al esfuerzo que el Ayuntamiento ha realizado en los últimos años con la ampliación de las aceras (19%), las calzadas para el tránsito de coches han aumentado mucho más (27%), de acuerdo con datos de 1996. No obstante, también hay indicadores que presentan un carácter positivo del desarrollo de la ciudad. El consumo de agua ha disminuido en los últimos cinco años por el ahorro en usos industriales y domésticos, aunque los expertos advierten que se debe avanzar en la reutilización de los recursos acuíferos disponibles. La superficie verde de la ciudad se ha incrementado el 15% entre 1995 y 1996 y a cada barcelonés le corresponden seis metros cuadrados de zona verde para disfrutar. La sensación de seguridad ciudadana se acentúa entre los barceloneses y los niveles educativos de la población mejoran con un mayor número de titulados de grado superior. Otro factor positivo es que en 1997 disminuyó al 9% el número de personas en paro. La falta de datos ha impedido establecer la cantidad de CFC (sustancias destructoras de la capa de ozono) liberadas en la atmósfera por los frigoríficos y los aparatos de aire acondicionado. Las dificultades para establecer el análisis son muy elevadas porque las bases de datos disponibles están incompletas y varían de un año al otro, explica Jaume Terrades, profesor de Biología de la Universidad Autónoma de Barcelona. Los expertos han enfatizado en la necesidad de completar la batería de indicadores que permitirán un mejor análisis de la realidad. Las Jornadas de Presentación de los Indicadores de Sostenibilidad se han celebrado esta semana en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. El objetivo era reunir a expertos y establecer un debate sobre la "visión de lo que queremos que sea nuestra ciudad", afirmó Josep Maria Montaner, presidente del Foro. El debate, abierto a 200 participantes, entre público y profesores de Universidad, puso de relieve que "avanzar hacia la sostenibilidad implicará una mejora de la calidad de vida", argumentó el ecólogo Ramón Folch. El Foro Cívico Barcelona Sostenible surgió a partir de la Federación de Asociaciones de Vecinos y la Plataforma Barcelona Ahorra Energía.

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