Síntomas del caos
Los síntomas de la enfermedad rusa son numerosos. He aquí los más significativos en el terreno económico.No se pagan impuestos. Para equilibrar las cuentas deberían recaudarse 26.000 millones de rublos al mes, en lugar de los 21.000 millones actuales. Un rublo equivale a 25 pesetas.
Pánico en los mercados. La Bolsa ha perdido más del 60% de su valor en este año. El rublo está al borde de la devaluación.
El Banco Central no tiene reservas. Le quedan 15.000 millones de dólares (unos 2,3 billones de pesetas), incluidos unos 6.000 millones en oro.
El peso de la deuda. Asciende a 200.000 millones de dólares, entre la interna y la externa. Cada amortización afecta a las arcas del Estado.
Altos intereses. El tipo de referencia, que llegó al 150%, se sitúa ahora en el 80%. Los bonos del tesoro llegaron ayer al 140%.
Retraso en las ayudas del FMI. El Gobierno pide 15.000 millones de dólares para restaurar la confianza, pero el Fondo dilata la decisión y promete poner condiciones duras de aceptar.
Caída de los ingresos del petróleo. La exportación de crudo, principal fuente de divisas, disminuye por la caída de los precios internacionales en un 40% en menos de un año.
Crecimiento económico cero. Tras un descenso de más del 50% del producto interior bruto desde 1991, llega el estancamiento (descenso del 0,2% desde enero) en el "año de la recuperación".
Fracaso de las privatizaciones. Nadie quiere pagar el precio de salida de la petrolera estatal Rosneft. La subasta ha fracasado ya dos veces. Sueldos sin cobrar. Millones de mineros, científicos, profesores y miembros de otros colectivos llevan meses sin cobrar. Les deben más de 10.000 millones de dólares.
Se extiende la protesta social. Cortes del transiberiano, piquetes ante la sede del Gobierno, huelgas de hambre y un grito unánime: ¡Que se vaya Yeltsin!
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.