Patas
Los temidos Guardiola completan un recorrido sin incidentes
¿Cuántas patas se pueden ver en un encierro? Entre mansos y bravos: 48. Eso en lo hace referencia a la literalidad del término. La voz local, sin embargo, cuenta más. Con el término patas, los pamploneses señalan a los imprudentes extranjeros naturales de sabe Dios que país exótico (incluido España) y oriundos espirituales de Tudela. Es decir, empeñados en correr de cualquier manera. Ataviados con una mochila, una cámara de vídeo y una torrija de consideración, avanzan como pueden. Su posición en el encierro: en medio, siempre en medio.
Algunos de ellos demuestran una afición desusada al interrogatorio de carácter desarmante. ¿Sólo pasan una vez? pregunta un joven a un jadeante corredor de nombre Miguel Angel. La verdad es que cada vez se hace más difícil no digo ya correr, sino moverse entre tanto turismo, afirma este pamplonés. A la entrada de la Estafeta, un intento, un empujón y a la cuneta. ¿Qué se le va hacer? Será mañana, lo que es hoy no vuelven a pasar, dice y contesta a su espontáneo interlocutor. Pese a la fama que arrastran, los de Guardiola Fantoni realizaron un encierro limpio y sin incidentes. Un balance de apenas tres heridos contrasta con la oscura historia de este hierro habitual en San Fermín. A ellos pertenece el récord fúnebre de víctimas mortales: una en 1969 y dos en 1980. Ayer, todo fue diferente, en poco menos de los determinantes tres minutos, los seis bureles negros alcanzaron la plaza de toros sin más incidentes que los protagonizados por los patas.
El joven T.A.Ch., mexicano residente en Hollywood, fue sancionado con una multa de 25.000 pesetas tras ser retirado del mismo ruedo donde concluye el encierro. La policía evitó así que los mozos del lugar se ensañaran con él y su imprudencia acabara en linchamiento. El individuo procedente de la meca del cine pretendía repetir la hazaña del día anterior: revolotear con una cámara de vídeo delante de los astados justo en la puerta de chiqueros. La misma pena fue aplicada a un sujeto de Egea de los Caballeros (Zaragoza). Tal y cómo indican unos altavoces en cinco idiomas poco antes de la apertura del corral, jamás se debe citar a los toros. Él, en la más gráfica ilustración de lo que es un patas, lo hizo.
Pero no siempre es así y, para nada, extranjero y patas son sinónimos. Alex Gastelum, un californiano de 25 años, se acerca a la capital Navarra por cuarto año consecutivo. Le secundan dos amigos en su debú sanferminero.
Robert Morrisey y Bill Glennan, los acompañantes, dicen conocer perfectamente la fama que se les atribuye. "Sabemos que muchos compatriotas se emborrachan y hacen las cosas mal. Nosotros procuramos no molestar", dice Alex. Robert añade: "Esto es pura adrenalina. El corazón se acelera y la sensación que sientes no es comparable con nada".
¿Saben lo que significa la palabra patas? Alex, el único que se atreve a hacer pinitos en castellano toma la palabra: "Sí, las piernas de los animales". De forma casual, en su contestación sin dobleces se adivina la más mostrenca realidad.
LA CORRIDA DE HOY
Plaza de Pamplona.
5ª corrida de feria.
Toros de herederos de José Cebada Gago, de Medina Sidonia (Cádiz). Antigüedad, julio de 1946.
Matadores: Jesulín de Ubrique, Pepín Liria y Víctor Puerto.
A las seis y media de la tarde.
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