Duisenberg saca 'tarjeta amarilla' a los países del euro por el escaso rigor sobre el déficit

ENVIADO ESPECIAL"He sacado la tarjeta amarilla por la escasa observación del rigor presupuestario en la reducción del déficit" y porque "la evolución de las finanzas públicas es preocupante". El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, manifestó ayer su inquietud porque, una vez aprobado el examen de ingreso en la moneda única, varios países miembros no estén aprovechando la bonanza económica para seguir reduciendo sus déficit. El BCE fijó el coeficiente de caja de la zona del euro entre el 1,5% y el 2,5%.

Duisenberg dio una rueda de prensa al término de la segunda reunión del Consejo de Gobernadores del BCE, que decidió, entre otras cosas, cuál será el nivel de reservas del banco y el coeficiente de caja al que estarán sometidas las entidades financieras, así como su nivel de remuneración.A las 48 horas de que el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, expresase su "malestar" por la relajación presupuestaria en la que han caído algunos países del área de la moneda única, Duisenberg le secundó. Reveló que el lunes, ante el llamado Euro11, el foro que congrega a los ministros de Finanzas de los países del euro se había pronunciado en los mismos términos.

"No hay avances"

"Si observamos los déficit para este año o las previsiones para años venideros, nos damos cuenta de que no se realizan ya muchos avances hacia presupuestos en equilibrio, a pesar de que la coyuntura económica es propicia", afirmó Duisenberg. "La convergencia hacia déficit iguales a cero va más despacio o incluso se bloquea", se lamentó, después de haber recordado que la mayoría de los Estados miembros no cumplen con las obligaciones del Pacto de Crecimiento y Estabilidad."Lo dije en privado y ahora lo digo públicamente", prosiguió el presidente del BCE: "Levanto la tarjeta amarilla". Duisenberg rehusó nombrar a ningún país, pero en su entorno se asegura que su advertencia está dirigida a Francia, Italia y Holanda, mientras sigue situando a España entre los "buenos alumnos" de la unión monetaria. Por lo demás, Duisenberg estimó que la zona del euro pasa por una buena racha, con tipos de crecimiento "cercanos o que incluso exceden el 3%" y un nivel de inflación "satisfactorio" del 1,4% anual, y, además, no prevé que "se acelerará" en los próximos tiempos. Los fondos estructurales, señaló después a un grupo de periodistas españoles, "no provocan inflación". Ni siquiera la crisis asiática perturba su optimismo, porque, asegura, tiene "pocos efectos sobre Europa". Los tipos de interés a corto plazo de los participantes en el euro deben ser idénticos a fin de año. "Esta convergencia va más despacio o incluso se ha parado en los últimos meses", subrayó Duisenberg, que recordó que Irlanda, con tipos al 6,75%, e Italia, con el 5%, "disponen de cinco meses para alcanzar al grupo de los que tienen el mejor resultado", es decir, Alemania y Francia, con un 3,3%. Señaló después que el mercado apuesta ahora por que la convergencia se haga en un 3,9%, y "el mercado siempre tiene razón". España se sitúa en el 4,25%, y rebajar su tipo un poco más no debería suponerle un gran esfuerzo. En su segunda reunión desde que quedó constituido el Consejo de Gobernadores, el BCE tomó tres decisiones importantes. Fijó primero las reservas del banco en 39.460 millones de euros (un euro equivale a 168 pesetas), es decir, un 21% por debajo de los 50.000 millones autorizados. Del techo máximo permitido de reservas dedujo 10.540 millones, correspondientes a la participación en el capital del BCE de los cuatro bancos centrales nacionales (Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Grecia) que no forman parte del área de la moneda única. El 1 de enero próximo estos 39.460 millones de euros serán transferidos de los 11 bancos centrales al BCE en Francfort. El 85% de la transferencia se hará en divisas y el 15% en oro, aunque Duisenberg no aclaró si el metal precioso se cotizará a precio de mercado o por debajo, como lo contabilizan ahora los bancos centrales.

El BCE se dejó convencer, además, por el presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, y optó por obligar a la banca comercial a constituir reservas obligatorias (coeficiente de caja) que oscilarán entre el 1,5% y el 2,5% de sus depósitos contables. El porcentaje definitivo será fijado en noviembre próximo. Duisenberg justificó esta medida por la necesidad de "estabilizar los tipos de interés" en el mercado. Para que no suponga una "carga excesiva" para la banca, los depósitos obligatorios serán remunerados.

Liquidez para todos

La institución que encabeza Duisenberg ha decidido, por último, permitir el acceso a su sistema de pagos (TARGET) a los bancos centrales y entidades de crédito de la Unión Europea que no pertenezcan a la zona euro, pero en condiciones algo menos ventajosas que las que disfrutan los miembros.El TARGET y el Sistema Europeo de Bancos Centrales podrán proporcionarles liquidez en el día, pero deberán devolverla antes de las cinco de la tarde. No así los participantes en la moneda única, que podrán aplazar el reembolso hasta el día siguiente convirtiéndolo en un crédito a 24 horas. "Supongo que para la City de Londres habrá sido una agradable sorpresa", recalcó Duisenberg.