Víctor Ullate reclama una compañía estable de danza para el Real

"Todo es como un sueño hecho realidad. No ha sido fácil llegar hasta aqui". Rodeado de las primeras figuras de su compañía, el bailarín y coreógrafo Víctor Ullate presentó ayer en el Teatro Real de Madrid su último montaje, Don Quijote. El que fue director del Ballet Clásico Nacional ve como un "reto" el actuar en un escenario que " para ser un verdadero teatro de ópera" debería contar con un coro y una compañía de danza estables.

Víctor Ullate destacó ayer en rueda de prensa que si su compañía, el Ballet de la Comunidad de Madrid, no ha actuado antes en la capital es porque no se han dado las condiciones necesarias. "Nadie es profeta en su tierra. Confío en que cuando se vea el espectáculo se pueda apreciar en mi compañía el germen de un posible grupo de danza estable del Real", explicó el coreógrafo."La danza la están dejando apartada, a diferencia de otras artes", señaló Ullate al referirse al apoyo institucional y a los problemas de financiación que ha tenido su coreografía, sin patrocinador: "España es un país de envidias. Yo no quiero quitarle el puesto a nadie, lo que dan a la compañía de la Comunidad se lo dan a un ballet de todos", dijo.

Los responsables del Real afirmaron que el teatro "no ha puesto ni una peseta, simplemente ha comprado un número de representaciones". "Es un espectáculo para el que he tenido que pedir un crédito y espero cubrir gastos cuando acabe esta temporada", añadió el director del ballet de la Comunidad.

"Españolear" un clásico

Víctor Ullate se reencuentra con el público madrileño con un montaje de Marius Petipa y Alesander Gorski, según la partitura de Minkus, compuesta a finales del siglo XIX. Con un presupuesto de 149 millones, Ullate ha reunido a un conjunto de 50 bailarines, cuyos vestuarios han sido diseñados por Roger Salas. "He intentado españolear un ballet clásico que ya fue interpretado por primeras figuras como Nureyev en la Ópera de París. Pero éste es un Quijote interpretado por españoles". Subrayó que los problemas que plantea Don Quijote parten del hecho de que es un tema universal.El bailarín Víctor Orive, el Quijote, subrayó que la novedad de este montaje reside en la presentación de un personaje que se aleja de un tono burlesco. Eduardo Lao (Espada), Ruth Miró (Quiteria) y Víctor Jiménez (rey de los gitanos) coincidieron en señalar que la dificultad del espectáculo ha residido en la interpretación. "Víctor Ullate nos ha exigido que nos apartemos de la rigidez rusa y nos ha aflamencado un poco", subrayó Lao.

La Orquesta Sinfónica de Madrid interpreta la partitura del clásico, bajo la dirección de Graham Bond, que ya ha trabajado con compañías como el ballet Bolsoi. "La orquestación de una coreografía tiene más dificultades, ya que el director musical se ha de ajustar a las exigencias de los bailarines y del director de baile", afirmó Bond.

Don Quijote estará en cartel hasta el próximo 19 de julio. Ullate viene a Madrid avalado por el éxito internacional. "Fuera de España me reconocen, si no como un gran coreógrafo sí como un maestro". El artista no quiso hablar de la marcha del bailarín Jesús Pastor, su anterior Basilio. Simplemente afirmó que espera que los que se han ido obtengan un gran éxito en el extranjero y "sepan valorar la danza que se hace en su país, y en teatros como el Real".