Reservado el derecho de admisión en L"Albufera

"Tú te quedas en casa para que no te vean con unos o con otros". Nieves, la esposa de Vicent Aleixandre, concejal de pedanías de Valencia y ex alcalde pedáneo de El Palmar, convenció ayer a su marido para que no se acercara a la cofradía de pescadores. A ver si alguien iba a pensar que Aleixandre estaba de acuerdo con las mujeres que se sienten discriminadas porque no les dejan faenar en L"Albufera o con los pescadores que consideran irreverente acabar con siete siglos de tradición masculina. La disputa, que ha llegado a los tribunales, deja a algunos políticos ante un dilema complicado. ¿Defender la igualdad de sexos? ¿Ser respetuosos con la historia y la tradición? Algunas mujeres descendientes de pescadores de El Palmar se sienten traicionadas por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, por "incumplir" con su pasividad y su indefinición la promesa de ayudarlas. Porque Barberá encargó en septiembre a los servicios jurídicos del Ayuntamiento que estudiasen cómo se podría lograr que las mujeres -respaldadas entre otros por la Federació d"Associacions de Veïns y por Esquerra Unida- puedan acceder a la cofradía de El Palmar. Y 10 meses después el Consistorio mantiene su postura de no intervención. Mientras, la cofradía movió ayer ficha en la Junta de altas y bajas: renunció a admitir nuevos socios, ni hombres ni mujeres, de forma provisional. Su abogado, Francisco Davó, explicaba ante las cámaras que habían tomado esta decisión para no interferir en el proceso judicial. Un juzgado de Valencia investiga la denuncia por discriminación sexual presentada por cinco mujeres de El Palmar contra la cofradía. Para las hijas y nietas de pescadores, como Teresa Chardí o Carmen Serrano, la única consecuencia práctica de esta decisión es que el próximo domingo, en el clásico sorteo de redolins -puestos de pesca en L"Albufera-, sus nombres seguirán sin aparecer, un año más, en las bolas de madera agujereadas que se introducen en el bombo.