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Gutiérrez Aragón y Gerardo Vera estrenan "El Rey de Harlem" y "Don Perlimplín"

El Rey de Harlem, del alemán Hans Werner Henze, y Don Perlimplín, del italiano Bruno Maderna -las obras que se estrenan esta noche en el auditorio Manuel de Falla de Granada- son dos piezas de teatro musical nada comunes. El director de cine Manuel Gutiérrez Aragón, el escenógrafo Gerardo Vera y el músico José Ramón Encinar han versionado la dos obras; la primera, concebida para recorrer el escenario de la imaginación del oyente y la segunda, una ópera radiofónica.

Las obras se han convertido en dos espectáculos complementarios que, pese a estar basados en Federico García Lorca, fueron concebidos mucho antes del aluvión del centenario. "Me pareció irresistible que Don Perlimplín fuera una flauta y su suegra un quinteto de saxofones. La música de Maderna es preciosa, aunque tengo serios reparos hacia la música contemporánea", explicó Gutiérrez Aragón. La equiparación de los instrumentos con ciertos personajes no es la única originalidad del Don Perlimplín de Maderna, una obra abierta, con muchos pasajes concedidos a la improvisación, que ha completado José Ramón Encinar. Musicalmente, ambos compositores utilizan una instrumentación tan rica como fuera de lo común. Maderna introduce una cinta con efectos electrónicos y utiliza micrófonos con filtros que modifican las voces de los personajes. Henze, por su lado, exige que la voz de la cantante, la contralto Linda Mirabal, no sea natural sino que esté amplificada, tanto para resaltar la proximidad de la obra con el cabaré como para que no quede sepultada por la orquesta en los pasajes más potentes. Gerardo Vera cree que ha sido uno de los trabajos más complicados de su carrera. "Es difícil porque es nuevo, porque nunca había metido una orquesta en el escenario. Ha sido un riesgo estupendo", dijo. Al contrario que Gutiérrez Aragón, con quien ha colaborado en diferentes ocasiones, a Vera le gusta la música contemporánea. Su intervención también ha sido su reencuentro con la ópera y su vuelta al Teatro de la Zarzuela que, junto con el de La Fenice de Venecia y el Festival de Música de Granada, son los coproductores del espectáculo. La escenografía es muy concisa, producto de un trabajo de abstracción sobre la música y sobre los propios textos de Lorca. "Me interesó", insiste Vera, "hacer una escenografía con una orquesta, organizar la convivencia de los instrumentos con los actores, apreciar cómo ambos crean el entorno poético de la obra". En el origen de la producción está José Ramón Encinar. "Concebí el proyecto hace años, antes de la parafernalia del centenario".

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