Los nuevos aires del teatro clásico marcan los festivales de Almagro y de Mérida

El mes de julio tradicionalmente viene marcado en el terreno de la escena en España por dos eventos: el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, centrado en textos de los siglos XVI y XVII, y el Festival de Teatro Clásico de Mérida, con obras que giran en torno a los grecolatinos. Miguel Narros, Maurizio Scaparro, Ur Teatro, La Fura dels Baus, Declan Donellan, María Ruiz, Adrián Daumas, Fernando Fernán-Gómez, Manuel Canseco, Alonso de Santos, Omar Grasso o Fermín Cabal son algunos de los profesionales que acudirán a estas citas que incluyen actividades paralelas.

Los Festivales de Almagro y Mérida ofrecen varías características comunes. Ambos se celebran en ciudades marcadas por espacios teatrales históricos, como es el Corral de Comedias de Almagro, único que se mantiene íntegramente como fue en su origen, o el Anfiteatro Romano de la ciudad pacense, con una capacidad casi para tres mil personas.En los dos festivales se produce una inevitable cita con los clásicos, bien sean del mundo grecolatino, en Mérida, o del Siglo de Oro, en Almagro, pero los dos ofrecen montajes en los que se da una revisión escénica contemporánea al teatro de siempre. En alguna ocasión las similitudes son tales que llegan a compartir espectáculos, como este año en que ambos festivales ofrecen dos montajes comunes: El cerco de Numancia (estreno del 15 al 19 de julio en Mérida y del 22 al 26 en Almagro), de Cervantes, con dirección de Manuel Canseco, y un compacto reparto de 32 conocidos actores, entre los que se encuentran Juan Gea, Amparo Pamplona o Miguel Molina, y el F@usto Versión 3.0, primera incursión textual del grupo catalán La Fura dels Baus, realizada muy libremente a partir del Fausto I y II de Goethe, que inaugurará la muestra emeritense los días 3 y 4 de julio y acudirá a la almagreña del 9 al 11 de julio. Ambas muestras también presentan óperas en su programación: El triunfo del honor, de Scarlatti, con dirección musical de Germán Torrellas, irá a La Mancha, y Orfeo y Eurídice, de Gluck, por la Capilla Real de Madrid, así como Poliuto, de Donizetti, por el Teatro Nacional de la Ópera de Armenia, acudirán a Extremadura.

Historia y patrimonio

Otros elementos que comparten son los atractivos que ofrecen ambos festivales fuera de los escenarios. Ambas son ciudades cargadas de historia con un patrimonio más que interesante. Almagro ofrece el pequeño y perfeccionista Museo Nacional de Teatro. Mérida, el espectacular y prestigiado Museo Romano, cuyo edificio de Moneo es una joya en sí mismo. Ambos festivales también dejan espacio para la reflexión con encuentros entre profesionales y para los buscadores de otras llamadas lúdicas sólo decir que en el Festival de Mérida se ofrecen, tras cada una de las representaciones, en los jardines del Peristilo, situados detras de la escena del teatro, unos populares Convivium, que no es otra cosa que unas cenas romanas elaboradas según el recetario de Apicius, el Arzac de su época, servidas en un auténtico ambiente romano. Almagro no se queda atrás con sus jornadas gastronómicas, que el Parador Nacional hace coincidir con el festival, donde se ofrecen buffets de cocina conventual según marcaban los cánones gastronómicos del Siglo de Oro y épocas adyacentes.Uno de los acontecimientos que se producirá, el día 2 de julio, día en que se inaugura el Festival de Almagro, no viene marcado por la programación, sino por la presencia de una exposición dedicada a El Misteri de Elche / La festa d'Elx, que por primera vez muestra al completo toda la documentación en torno a este rito escénico que viene celebrándose desde el siglo XIV en la ciudad alicantina. Esta exposición, que organiza el Museo Nacional de Teatro de Almagro, que también ofrece otras muestras con motivo del décimo aniversario de su fundación, exhibe las dos piezas grandes del Misteri, conocidas como consuetas, además de toda la maquinaria para las tramoyas, la magrana, la coronación, el araceli y la cama de la Virgen. La exposición se completa con elementos de la vespra y la festa y su entorno histórico, artístico y social y un concierto semirrepresentado con vestuario al completo y la inclusión de las palmeras de la Virgen, populares y ruidosos fuegos artificiales de la llamada Nit de l'Albá.

El mismo día 2 darán comienzo los espectáculos programados dentro de la muestra, que cuenta no sólo con el Corral de Comedias para las representaciones, sino con otros cinco espacios, algunos de ellos de gran belleza arquitectónica. Como todos los años, la Compañía Nacional de Teatro Clásico acude con dos montajes: No hay burlas con el amor (del 16 al 26), de Calderón, espectáculo ya ofrecido en Madrid, y La estrella de Sevilla, de Lope de Vega y con dirección de Miguel Narros, que se ha convertido, antes de su estreno, en uno de los acontecimientos más esperados del festival.

Cervantes es el más representado en Almagro. Además de la pieza dirigida por Narros y El cerco de Numancia, de Canseco, la Compañía de Gaspar Cano estrena Pedro de Urdemalas (del 15 al 19) y Cal Teatro ofrecerá el Don Quijote de la Mancha dirigido por Catalina Buzoianu (días 3, 4, y 5). Shakespeare, un habitual de Almagro, llegará este año de la mano de dos jóvenes directores renovadores y prestigiados. Helena Pimenta y su grupo Ur Teatro ofrecen Trabajos de amor perdidos (del 2 al 6), y Adrián Daumas Ricardo II, obra que por primera vez se representa en España (del 22 al 25).

La presencia extranjera estará en Almagro con una producción del Festival de Avignon, Le Cid, de Corneille, dirigida por Declan Donnellan (3 y 4 de julio). Otros títulos serán El secreto a voces, de Calderón, por Zampanó Teatro (del 21 al 25); Obligados y ofendidos, de Rojas Zorrilla, con dirección de Juanjo Granda, (días 7 y 8 ); Con el amor no se juega, de Alfred de Musset, con puesta en escena de María Ruiz, (del 10 al 13); Coplas por la muerte, sobre la obra de Manrique, del Teatro Corsario, (16 al 19); Tartufo, de Molière, en versión de Fernando Fernán-Gómez, (del 13 al 19), y espectáculos de calle y teatro infantil.