La policía investiga si la mujer asesinada a pedradas en Almería era prostituta
A Mónica García Mateu, de 31 años, la mataron con saña, a golpe de pedradas en el rostro y el cráneo. Su cadáver, localizado ayer por la policía, tras la llamada de varón anónima recibida en la comisaría de Almería, fue identificado a última hora de la tarde, gracias a los antecedentes que poseía por tráfico de drogas y robo. De tratarse de una prostituta, tal y como invita a pensar el atuendo que vestía en el momento de su muerte, sería la novena asesinada de manera atroz en Almería desde 1989
Junto al cadáver, localizado pasadas las 9.00 horas en el paraje de La Molineta, próximo al colegio público Goya, no quedaron elementos que posibilitasen su identificación. Ni bolso, ni cartera, ni documentación alguna entre la vestimenta: un jersey y una falda negra, ajustada y corta. Ni siquiera el rostro, desfigurado a pedradas, proporcionaba pistas certeras sobre la edad. Sólo los antecedentes policiales permitieron que una unidad de policía científica identificase el cuerpo: Mónica García Mateu, natural de Barcelona, figura en los archivos con multitud de detenciones relacionadas con el tráfico de drogas y robo. La autopsia que se practicaba ayer tarde determinará con exactitud la hora del fallecimiento, las causas y la existencia o no de abusos sexuales. La investigación policial trata ahora de comprobar si Mónica García ejercía la prostitución en Almería, como anima a creer su ropa y su familiaridad con los ambientes del comercio sexual. Si se confirma esta hipótesis, se trataría de la octava mujer de estas características asesinada en los últimos nueve años en Almería con un método especialmente cruento, sin contar el caso de Patricia, la prostituta de lujo que anunciaba sus servicios en Internet, que recibió 33 puñaladas en su domicilio. Único caso resuelto De todos los crímenes que han sufrido mujeres del gremio, sólo se resolvió el de Patricia, atribuido inicialmente a un agricultor nijareño, que será juzgado este año por un jurado popular. Su muerte no guardaba relación con las restantes, que respondían a un perfil similar. Ejercían la prostitución en la calle y eran toxicómanas. Ambas características podrían repetirse en el caso de Mónica García Mateu, atendiendo a sus antecedentes por tráfico de drogas. Las numerosas coincidencias encontradas en los crímenes de las siete mujeres anteriores, que jamás han sido resueltos por la Guardia Civil ni la Policía, han llevado a los investigadores a plantearse si hay un único autor. Un asesino en serie, que se ceba con prostitutas de la calle. En tres casos, al menos, concuerdan otros factores, como el método criminal -estrangu- lamiento- o las características físicas de las víctimas, que eran menudas y de cabello oscuro. A esta descripción respondían María José Muñoz, de 28 años, Carmen Sandmeyer Ramón, de 20, y Aurora Amador Carmona, de 23, que también se ofrecían a automovilistas desde los arcenes de la N-340, a su paso por Pescadería.
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