Clinton anima a China

Bill Clinton viaja a China dos años después de haber estado al borde del enfrentamiento por la crisis de Taiwan. (. ..) Las relaciones entre los dos países han fluctuado entre la amistad y la enemistad. (...) Muchos líderes chinos siguen preocupados por la "hegemonía" de EE UU; muchos norteamericanos siguen considerando que Japón es el aliado más seguro en el Lejano Oriente. (...) Sin embargo, Washington siempre ha pensado (...) que China no debería ser arrojada nuevamente a la oscuridad. Ahora, Clinton y Jiang Zemin han definido un nuevo y más amplio objetivo: establecer una "relación constructiva y estratégica" entre los dos países para el siglo XXI. Ambos perciben una serie de intereses comunes entre el país más poderoso del mundo y el más poblado. (...) Aún así, la visita de Clinton no va a determinar acuerdos en temas importantes de seguridad, no-proliferación, Taiwan o el comercio: es sólo un paso hacia un marco futuro. Respecto a la mayoría de los temas contenciosos, no es probable que se consigan milagros. (...) La alianza EE UU-China, especialmente en el campo económico, se retrae al siglo pasado. Mientras que otros países occidentales buscaban esferas de influencia, EE UU presionaba por una política de "puertas abiertas". Clinton habla con entusiasmo del crecimiento chino y va a abrir más esas puertas. La amenaza hacia esta política no proviene del Congreso estadounidense ni de la actividad de los disidentes chinos: es la crisis económica en la región de la que China podría no estar inmune.

24 de junio