L"Albufera sufre un vertido tóxico de 30.000 litros de amoniaco tras un accidente en una empresa de Benifaió
La colisión accidental de un camión cisterna con dos grandes depósitos en la fábrica de colorantes Secna provocó ayer en Benifaió el vertido de cerca de 30.000 litros de bisulfito amónico y de amoniaco a la red de acequias que desembocan en el parque natural de L"Albufera. La nube tóxica de color blanco alcanzó unos 40 metros de altura y el vertido alcanzó el espacio protegido pero, según explicó el consejero de Medio Ambiente, José Manuel Castellá, el incremento de las aguas producido en el cauce al paralizar los agricultores el riego de sus cultivos redujo la contaminación hasta un pH (grado de acidez del líquido) legalmente permitido. Así, la desembocadura de la acequia de L"Alquesería que condujo el vertido hasta el humedal presentaba a mediodía un pH comprendido entre el 6,5 y el 7,1, mientras que el límite máximo está en el 9. "Hemos conseguido diluir la concentración de amoniaco", manifestaba visiblemente aliviado Castellá, que rechazó cualquier comparación con la reciente catástrofe de Doñana. El consejero regionalista no pudo precisar las cantidades derramadas, pero cifró el vertido entre 25.000 y 30.000 litros. De controlar el accidente se encargaron 19 bomberos del Consorcio Provincial, pertrechados de mascarillas para evitar intoxicaciones. El bisulfito en una sustancia tóxica y altamente corrosiva, mientras que el amoniaco irrita la piel y los ojos y afecta a las vías respiratorias. Desde las once hasta las dos y media de la tarde arrojaron cerca de 20.000 litros de agua al alcantarillado para diluir la carga contaminante. Mientras, la Guardia Civil desalojó a los trabajadores de un almacén de abonos próximo, así como a los clientes que almorzaban en el bar del Polideportivo Municipal, cuya piscina sirvió para combatir el vertido. La nube tóxica que se formó al desparramarse por el suelo ambas sustancias se desplazó por efecto del viento hacia la carretera CV-42 que une Silla y Xàtiva. "Estamos cabreados con esta empresa", decía ayer un malhumorado agricultor que explicó cómo a un vecino suyo se "le había quemado" la cosecha de cebollas del año anterior tras regar con agua del brazal de la Acequia Real del Júcar donde vierte la empresa de colorantes.
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