El Foro Babel acusa a Pujol de discriminar a los "españolistas" para cargos públicos

Un nuevo manifiesto del Foro Babel, plataforma formada por profesores e intelectuales que combaten el nacionalismo catalán, acusa al Gobierno de Jordi Pujol de dividir al país entre catalanistas y españolistas y de convertir en oficial la doctrina según la cual "los tachados como españolistas no están legitimados para ejercer cargos o funciones públicas ni tareas de responsabilidad cívica, social o cultural". El manifiesto propugna que el catalán y el castellano "sean las lenguas vehiculares en todos los ciclos de la enseñanza obligatoria", sin separar a los alumnos en aulas diferentes por razón de lengua.

El Foro Babel ha iniciado la recogida de firmas del manifiesto, titulado Por un nuevo modelo de Cataluña. Entre los más destacados miembros del Foro figuran Francesc de Carreras, Eugenio Trias, Victòria Camps y Félix Pérez Romera. Algunos fundadores, como Francisco Fernández Buey se han distanciado por estimar que las posiciones del Foro se confundían con las defendidas por la Convivència Cívica Catalana que dirige el ex presidente del PP catalán Aleix Vidal-Quadras. El documento realiza una descripción muy crítica de la evolución registrada en Cataluña desde el acceso de la coalición nacionalista dirigida por Pujol al Gobierno de la Generalitat. El modelo impulsado por CiU, dice, "genera tensiones, margina a una parte importante de la sociedad catalana" y debilita "el gran pacto" político de la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Los autores del manifiesto acusan a CiU de imponer desde las instituciones y los poderes públicos una doctrina oficial "que divide a los ciudadanos en dos categorías: catalanistas y españolistas". Esta doctrina predica, según el Foro, que "los españolistas no están legitimados para ejercer cargos o funciones públicas ni tareas de responsabilidad cívica, social o cultural". Al considerar siempre a España, bajo la denominación de Estado español, "como un país exterior y extraño a Cataluña" difunde la idea de que los catalanes no forman parte de ella y crean tensiones y enemistad con el resto de españoles. Otro de los rasgos distintivos de esta doctrina oficial es, añaden, que sólo reconoce como cultura catalana la que se hace en lengua catalana. Esto da pie a que las instituciones autonómicas no den el mismo trato a las manifestaciones de las diversas culturas y otorguen "una desproporcionada preferencia" a las que responden a los postulados del nacionalismso catalán. Denuncian también que las ayudas de las actividades culturales no nacionalistas sean canalizadas a través del Departamento de Bienestar Social que las asignan "en virtud de una orientación paternalista y xenófoba". El manifiesto sostiene que la política lingüística del Gobierno de CiU tiene como finalidad convertir el catalán en lengua única y obligatoria de todas las instituciones, "con una clara opción por el monolingüismo que no se corresponde con la realidad lingüística existente". Los autores del manifiesto acusan también al Gobierno de Pujol de invocar de manera reiterada "la necesidad de llegar a un ambiguo e impreciso ideal de independencia". Denuncian que esta concepción de los nacionalistas catalanes atribuye al Estatuto de Autonomía y las instituciones actuales un mero carácter transitorio "hacia una nunca claramente explicitada soberanía de Cataluña".