Un decreto obliga a doblar al catalán los filmes más taquilleros
Un decreto de la Generalitat obligará a los distribuidores de cine a ofrecer como mínimo el mismo número de copias dobladas al catalán que al castellano en el caso de las películas más taquilleras. Un filme será considerado taquillero, según la norma, cuando se repartan más de 16 copias. El decreto, el primero que desarrolla la ley del catalán aprobada a finales de año por el Parlament, fue entregado ayer a los representantes de la industria cinematográfica -productores, distribuidores y exhibidores- y a los partidos.
El Departamento de Cultura abre ahora una última etapa de diálogo con los sectores implicados sobre el contenido del decreto, cuya entrada en vigor está prevista para el 1 de enero de 1999. El director general de Política Lingüística, Lluís Jou, ya ha mantenido una ronda de conversaciones con empresarios y políticos. Transitoriamente, por un periodo de dos años, la obligación de doblar al catalán la mitad de la distribución se establece sólo para los filmes con más de 20 copias. La opción de dictar una cuota del 50% de copias dobladas al catalán únicamente para las películas más taquilleras responde, según Cultura, a que se ha tenido en cuenta el coste que representará para el distribuidor y a la necesidad de garantizar el catalán en las películas de mayor impacto. Según datos de la Generalitat, el año pasado sólo 70 títulos de los 958 exhibidos en salas de Cataluña se ofrecieron en catalán, lo que se tradujo en una cifra muy baja de espectadores: el 1,8% del total que acudieron al cine. En la actualidad, de los 77 filmes en cartelera en Cataluña, únicamente uno -en Barcelona- está doblado al catalán: Sa majestat Mrs. Brown. La medida propuesta en el decreto afectará a un porcentaje de entre el 15% y el 20% de las películas que se distribuyen en Cataluña, equivalente a una cincuentena de producciones. Pero, de acuerdo con las cifras que maneja la Generalitat, el decreto repercutirá en el 40% de los espectadores -los que acuden a ver las películas más taquilleras-, que tendrán la posibilidad de elegir la versión catalana. Para los exhibidores también hay obligaciones, como la de programar al año un 25% de filmes en catalán o subtitulados en esta lengua. Para calcular este porcentaje no se cuentan las producciones en castellano. Esta medida, según Cultura, sirve para fomentar tanto el cine producido en catalán como en castellano. El decreto prevé sanciones para los empresarios que lo incumplan. La multa puede llegar hasta 10 millones de pesetas -dependiendo de la falta- para los distribuidores, mientras que a los exhibidores la Generalitat les puede cerrar la sala por seis meses. La norma deja abierta la posibilidad de subvencionar la exhibición en catalán, así como el doblaje de filmes de interés cultural. PASA A LA PÁGINA 8
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