"Puedo devolver la ilusión a los malagueños progresistas"
Con un dilatado currículo político (concejal, eurodiputado, parlamentario andaluz, diputado en Cortes y consejero de Trabajo en el primer Gobierno de Chaves), Francisco Oliva, de 51 años, vuelve a la primera línea de la política, reclamado por un grupo de socialistas malagueños que confía en él como "renovador de la ilusión" en el PSOE.1. ¿Por qué se presenta a las elecciones primarias y por qué cree que es mejor candidato para la alcaldía de Málaga? He decidido presentarme porque así me lo ha pedido un importante grupo de compañeros. Ellos creen que soy capaz de, aportando una importante experiencia de representación y gestión, renovar la ilusión en el partido y encabezar una candidatura a la alcaldía que atraiga a todos los malagueños progresistas. No les fue difícil convencerme porque Málaga me apasiona y en ella me encuentro enraizado desde generaciones. 2. La política de viviendas es una de las cuestiones que más críticas ha generado desde la oposición contra la gestión de Celia Villalobos. ¿Cuáles son sus propuestas y en, concreto, para frenar la degradación del centro histórico? Málaga arrastra un importante déficit de viviendas y nuestros jóvenes tienen muchas dificultades para acceder al hogar que necesitan. El Ayuntamiento tiene que disponer, cosa que no ocurre ahora, de suelo residencial suficiente y debe presionar permanentemente a la Junta para el cumplimiento de su política de vivienda. No puede retardarse esta política por la incapacidad municipal para poner suelo a su disposición. Una política de subvenciones y bonificaciones fiscales para el alquiler de viviendas dirigida a los jóvenes permitiría convertir las muertas y remozadas fachadas del centro histórico en un lugar lleno de vida y futuro. 3. La policía de barrio ha nacido en Málaga envuelta en polémica ¿Qué propone en materia de seguridad ciudadana? La policía de barrio es un positivo instrumento municipal de identificación de los ciudadanos con sus políticas del día a día. El profundo conocimiento de los habitantes y de cada zona hacen del policía de barrio un protector, una persona de confianza y un consejero en temas municipales y ciudadanos. La acogida general es su triunfo y el rechazo o la indiferencia es su fracaso. Su formación debe ser especializada y su actuación debe estar cargada de discreción, justo todo lo contrario de la actual policía de barrio. No sabemos si por problemas de inadecuada formación, talante o de órdenes concretas, pero lo cierto es que se ha convertido en una policía represiva e inexperta y ha provocado ya numerosos incidentes y un rechazo entre la ciudadanía a la que pretende proteger, de la que difícilmente se recuperará. 4. Posiblemente para que la izquierda gobierne el Ayuntamiento de Málaga necesitaría de acuerdos con otras fuerzas ¿cuál es su propuesta de alianzas? ¿Prefiere acuerdos preelectorales o poselectorales? La experiencia de desacuerdo entre la izquierda de 1995, que propició el acceso del Partido Popular a numerosas alcaldías y diputaciones, fue muy negativamente percibida por el electorado progresista. El esquema de discusión que se siguió, programa a programa, pueblo a pueblo y persona a persona, condujo irremediablemente a egoísmos localistas y al desencuentro. Por ello creo los acuerdos deben ser tomados a nivel global por los partidos. El apoyo poselectoral a la candidatura más votada, por supuesto con un necesario acuerdo programático sería muy conveniente. El tratamiento especial que requiere el caso de Nueva Izquierda debe ser también objeto de acuerdo general. 5. ¿Qué usos propone para el edificio de La Aduana, motivo de una larga discusión ciudadana en Málaga? Debemos aprovechar al máximo todos los recursos de nuestra oferta cultural y servirla de la forma más unida posible. Desperdiciar las posibilidades que ofrece el edificio de La Aduana en oscuras tareas burocráticas que pueden desarrollarse en cualquier otro lugar es un derroche que nuestra justa oferta turístico-cultural no puede permitirse. La Aduana es el lugar idóneo para el Museo de Bellas Artes y estoy seguro de que allí lo veremos finalmente. Declaraciones como la del secretario de Estado de Cultura [Miguel Ángel Cortés] ante el silencio cómplice del Partido Popular demuestra una vez más el escaso respeto que el Gobierno central tiene para los andaluces y para los malagueños en particular. Sé que las comparaciones siempre son odiosas, pero ¿se atrevería el secretario de Estado a irrumpir en una polémica ciudadana en Cataluña sobre la ubicación de un museo con insultos e improperios a su ciudadanía?
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