Un programa con pocos amigos
El programa Life de reintroducción del oso pardo en el Pirineo se dará por concluido a finales de junio después de tres años de experimentación en los que tres plantígrados -las osas Melba y Giva y el oso Pyros- han sido liberados en la población francesa de Melles, situada a cinco kilómetros de la Val d"Aran. De ellos han nacido por lo menos cuatro oseznos. En este tiempo, muchos han sido los que han alzado sus voces en contra de la presencia de estos animales en los bosques. Tanto los ganaderos como diversos cargos municipales han reclamado en numerosas ocasiones que se paralizara el programa y que los osos fueran retornados a Eslovenia, ya que consideran que los resultados conseguidos no han sido satisfactorios. Es decisiva para el futuro del programa la reunión prevista en Saint-Gaudens, en la que participarán representantes de las administraciones autonómicas de Cataluña, Aragón y Navarra, además del Ministerio de Medio Ambiente, para acordar la posición que ha de adoptar España en la Unión Europea cuando se discuta si se aplica o no una segunda fase del programa Life, lo que comportaría la liberación de más osos. La Generalitat ya ha anunciado su intención de solicitar una prórroga hasta finales de año con el fin de poder agotar los fondos destinados a este programa y se inclina por no retornar los osos a su lugar de origen. El director de Medio Natural de la Generalitat, Jordi Peix, aseguró recientemente que, aunque no llegara a aplicarse una segunda fase del programa, los osos que en estos momentos están en las montañas deberían continuar en ellas. En este caso, la Generalitat asumiría las indemnizaciones que pudieran corresponder a los ganaderos por ataques a rebaños, como sucede con las otras especies en peligro de extinción. Esta posición ha desencadenado críticas en la Val d"Aran. Tanto los ayuntamientos araneses como el Conselh Generau han discutido la cuestión en sus plenos y han acordado exigir que se ponga fin al programa y se retiren los osos. El síndico de Aran, Carlos Barrera, ha señalado que la Val d"Aran no va a admitir nunca a unos animales que le han sido impuestos y que no encajan en la forma de vida de la comarca, que vive fundamentalmente del turismo y la ganadería. "No vamos a cambiar ahora nuestros hábitos históricos porque a alguien se le antoje reintroducir al oso pardo", ha asegurado. Por su parte, el presidente de la Asociación de Ganaderos de la Val d"Aran, Manuel Barella, ha lamentado la decisión de la Generalitat de prorrogar durante seis meses más el programa Life sabiendo que eso va en contra de la voluntad de todo un territorio y perjudica a los ganaderos, que desde hace tres años solicitan que desaparezcan los osos. Barella también ha recordado que los ataques a rebaños continuarán sucediéndose este verano, por lo que los fondos que todavía no ha podido invertir la Generalitat servirán para pagar las muertes y desapariciones que se produzcan esta temporada, "algo que la Generalitat no podrá asumir ni garantizar si los plantígrados continúan en las montañas una vez finalice el programa Life y no haya fondos de la Unión Europea". Desde que el pasado mes de abril llegaran las primeras ovejas a las montañas de la Val d"Aran, la oficina del Departamento de Agricultura en Vielha han contabilizado dos denuncias de ganaderos de la comarca que reclaman a la Generalitat indemnizaciones por 11 ovejas desaparecidas o muertas a causa de un ataque de Pyros. A estas denuncias hay que sumar las más de 14 contabilizadas en el territorio francés, lugar en el que se encuentran la osa Giva y sus oseznos desde hace varias semanas.
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