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Un estudio encargado por Boliden achaca el desastre de Doñana a un deslizamiento de tierras

La hipótesis de la empresa Eptisa coincide con el primer informe de la Guardia Civil

Alejandro Bolaños

Un deslizamiento de tierras, unos metros por debajo del suelo en el que se aposenta la balsa de las minas de Aznalcóllar, rompió el equilibrio de sus muros. Ésta es la hipótesis que se maneja en el estudio encargado por Boliden, empresa propietaria de la explotación, sobre las causas de la rotura del deposito de residuos, esparcidos desde entonces sobre el cauce del río Guadiamar. Lo que no se explica aún es el origen de ese movimiento subterráneo.

"Un corrimiento de tierras bajo la zapata del dique", fue la primera explicación que dio el presidente de Boliden, Ander Bullöw, a la rotura de la balsa. El estudio encargado por los propietarios de las minas a la consultora Eptisa corrobora la primera impresión del presidente.La investigación se inició tres días después del reventón y, ayer, Olov Fagrëmo, director de Boliden en España, adelantó -traductora mediante-, sus primeros resultados: "La hipótesis es que (la rotura) se produjo por un desplazamiento de 750 metros de largo y 50 metros hacia el este en la zona superior de las margas". La balsa está instaldas sobre suelos del Cuaternario (cinco metros de grosor). Las margas son rocas propias del nivel Terciario (desde cinco a 70 metros de profundidad).

Ésta explicación ya fue apuntada por el informe remitido por la Guardia Civil (véase EL PAÍS del 14 de mayo) al juzgado que instruye el caso. Eptisa estudia ahora los motivos del supuesto corrimiento de tierras.

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