La contaminación por nitratos agrícolas amenaza el agua subterránea de 193 municipios
Más de un tercio de los municipios de la Comunidad Valenciana, prácticamente todos los situados en las llanuras aluviales de las zonas litorales, son vulnerables a la contaminación de sus acuíferos por el excesivo uso de nitratos agrícolas. La Consejería de Medio Ambiente ha elaborado el borrador de un decreto que identifica qué aguas subterráneas están en peligro y establece un Código de buenas prácticas agrarias que los agricultores concienciados aplicarán voluntariamente. Su cumplimiento requiere respetar las fechas y las dosis de fertilizantes aconsejadas en el decreto.
Las situación de los acuíferos españoles no es muy halagüeña. Así se puso de manifiesto en las jornadas sobre La contaminación de las aguas subterráneas: un problema pendiente que reúnen en la Universidad Politécnica de Valencia a más de 200 expertos. Los temas tratados ayer se centraron especialmente en la contaminación causada por el exceso de fertilizantes y plaguicidas en las prácticas agrícolas, lo que conlleva un exceso de nitratos en las aguas subterráneas que llegan a los acuíferos por lixiviación (lavado del suelo por el agua que se filtra al subsuelo). Las soluciones llegan con años de retraso. La directiva europea que regula el uso de los nitratos agrícolas data de 1991 y tenía que ser traspuesta por España en 1993. Obligaba a los estados miembros a identificar las aguas afectadas y vigilar la contaminación con estaciones de muestreo; a designar las zonas vulnerables; a poner en práctica programas de actuación para minimizar los efectos de los nitratos, y a elaborar códigos de buenas prácticas agrarias. Sin embargo, el real decreto español no se aprobó hasta 1996 y es ahora, siete años después, cuando Medio Ambiente ha elaborado el mapa de zonas vulnerables, que incluye 25 municipios de Castellón, 15 de Alicante y 153 de Valencia. El borrador, que mañana se discute en el Consejo Asesor y de Participación del Medio Ambiente (CAPMA), también incluye la descripción de los distintos fertilizantes y las dosis recomendadas según el tipo de cultivo. Así, los agricultores emplearán menos fertilizantes pues tendrán que tener en cuenta los que ya están presentes en el suelo y los aportados por el agua de riego si ésta ya tiene exceso de nitratos. A tal efecto, será necesario hacer análisis periódicos de los suelos y de las aguas. Será difícil cambiar la mentalidad del agricultor. "Se usa mucho y además mal", explica Javier Samper, organizador de las jornadas. Un problema, según el catedrático de la Politécnica Andrés Sahuquillo, especialmente grave en la Comunidad Valenciana, donde el abastecimiento de agua potable del 60% de la población proviene de los acuíferos. "La política hídrica española, que parece del siglo XIX, tiene que dejar de dar prioridad al fomento de infraestructuras", se quejó el experto, que opina que la administración olvida los recursos subterráneos. Por eso, pidió que se hagan inventarios de los principales puntos contaminantes (denunció la construcción de cientos de pozos usados por la industria valenciana para verter directamente sus productos tóxicos al subsuelo) y propuso que las empresas contaminantes paguen la recuperación de los acuíferos, como ya pasa en Estados Unidos.
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