Cinco familias reclaman adoptar a niños rusos que acogen desde hace tres años

Cinco familias cántabras viven desde hace tres años con niños rusos huérfanos que llegaron a España para pasar dos meses de vacaciones, y a quienes posteriormente y cumplidos ciertos trámites podrían adoptar. Elena Levina, Angelica Sinarbina, Elena Banaia, Alexandr Konderashov y Marina Konobalova, sin cumplir todavía los 10 años, llegaron a Cantabria en el verano de 1995 y siguen aquí en régimen de acogida, sin que de momento se aclare su situación legal.

Las familias ignoraban que entre Rusia y España no hay acuerdo respecto a adopciones, y se hicieron cargo de los niños con la esperanza de adoptarles. Según la asociación Nuestro Futuro, responsable del traslado de los niños y por entonces no registrada oficialmente en España, los pequeños habían perdido a sus padres y procedían de orfanatos. Los padres acogedores se apresuraron a reunir complicados documentos que nunca la Diputación Regional, con competencias al respecto, consideró suficientemente autentificados.

Una abuela al sur de Moscú

El transcurso de los meses reveló que en algunos casos los niños habían dejado en su país parientes más o menos cercanos. Mercedes González García, soltera, de 42 años, se enteró de que Marina Konobalova, la niña de ocho años que acogió en su casa de Los Corrales de Buelna, tiene en Tula (200 kilómetros al sur de Moscú) a su abuela Tamara, de 58 años, y a una hermana, además de a un montón de primos y tíos. La pequeña rusa, que tardó algún tiempo en poder expresarse en castellano, reveló un día a Mercedes a través de un intérprete que retenía en la memoria las señas de su abuela. "Escribí a Rusia sin demasiada convicción y fui contestada. Tamara no sabía dónde estaba su nieta. No me siento acosada ni por las autoridades rusas ni por las españolas, pero, lógicamente, quisiera ver regulada esta situación. Marina es mi vida, y yo creo que su abuela optaría por dejarla conmigo. Es tan comunicativa que en el pueblo conoce a más gente que yo, que he vivido aquí siempre. He traído a su hermana a pasar unos días con nosotras y pienso invitar a Tamara. La niña estudia en el colegio público y es muy inteligente, según sus profesores. Desde hace algún tiempo me llama mamá. Desde que murió mi padre, el año pasado, vivimos solas y no resistiría quedarme ahora sin ella", arguye Mercedes. Marina, cuya madre sólo contaba 15 años cuando la trajo al mundo, fue abandonada ante las puertas de una casa de maternidad en Tula, de donde luego pasó a un orfelinato.Un juzgado de Torrelavega ha decidido archivar la denuncia formulada hace año y medio contra los responsables de la organización Nuestro Futuro. La querella se tramitó por presuntos delitos de estafa, falseamiento de documentos privados, quebrantamiento de los deberes de custodia contra los intereses de los menores y coacciones. El abogado de los padres ya ha recurrido el archivo de la denuncia. La expulsión de los niños a Rusia ha sido rechazada por la Delegación del Gobierno. Ahora se prepara una reunión a tres bandas (Delegación del Gobierno, Diputación Regional y familias afectadas) para buscar una solución.