Golpes en abundancia
Un avezado pescador como el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, sabe que algunos salmones se escapan en el último momento, cuando ya casi parece que están en el cesto. Todo depende de la fuerza, la astucia y la inteligencia con que el presidente de Asturias, Sergio Marqués, lleve adelante en los próximos días la operación de zafarse. De momento, Cascos tiene a Marqués en el anzuelo, pero todavía hay que pescarlo y meterlo para siempre en el cesto.Todo parece indicar que Cascos y la dirección del PP han optado ya ante la crisis por un final con horror más que un horror sin final. Cuando falta apenas un año para las elecciones, el PP no puede permitirse el lujo de mantener abierto el conflicto por más tiempo y vivir enzarzado en una guerra que el electorado asturiano no acaba de comprender.
Las bazas de Marqués residen sobre todo en la falta de una alternativa de peso, que tendría que salir entre los actuales diputados del Parlamento asturiano. Para la candidatura de 1999 existen varios aspirantes: el mismo presidente del PP regional, Isidro Fernández Rozada, y la diputada Mercedes Fernández.
La pelea entre el ex jugador de rugby Marqués y el ex balonmanista Cascos puede ir mucho más allá de la partida de pesca. Los que conocen a los personajes esperan lo peor. En Gijón, ciudad de origen de los dos contendientes, en un bar donde se escanciaba sidra en la noche del sábado, un parroquiano lo resumía: "Aquí va a haber hosties a esgaya", que, en un lenguaje más académico, significa que todo puede degenerar en un intercambio de golpes en abundancia. Todo ello, ante el estupor de los asturianos y un PSOE que se frota las manos.
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