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Reportaje:

Penúltimo asalto en el PP asturiano

El presidente Marqués responderá hoy al ultimatum de Cascos

Al presidente de Asturias, Sergio Marqués, no le queda otra salida digna que aceptar hoy el órdago del vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos. El Comité Ejecutivo del PP tratará hoy en su reunión el conflicto de Asturias. Las dos visitas a su comunidad del gran patrón del PP asturiano han clarificado la crisis de más de tres meses que vive el partido conservador en el Principado. El ultimátum lanzado por Cascos en Avilés contra Marqués ha dejado frente a frente a los dos verdaderos protagonistas del conflicto.Se especulaba el sábado en Asturias con la posibilidad de una dimisión de Sergio Marqués. Al presidente del Principado le quedaba también la posibilidad de ceder a las exigencias de Francisco Álvarez Cascos y destituir a su consejero de Fomento, Juan José Tielve, protagonista del incidente del jueves en El Entrego, cuando protestó porque consideraba que se le negaba el uso de la palabra.

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Los que conocen el perfil psicológico de Marqués se inclinaban a aventurar que este ex jugador de rugby no está dispuesto a entregar al ex balonmanista y hoy pescador de salmón Cascos la cabeza exigida. Todo parece indicar que Marqués responderá al órdago de Cascos y la crisis del PP degenerará en guerra total en la derecha asturiana.

Marqués se asemeja a un salmón que, tras su elección para la presidencia del Principado, se creía que podía nadar con libertad por los rabiones de los ríos de la política asturiana y se olvidó de que ésos son terrenos acotados por Cascos y que nada se mueve allí sin la bendición del gran patrón desde Madrid. Marqués, casi con seguridad, morderá el anzuelo que le ha tendido Cascos. No le queda otra opción digna que aceptar la lucha mientras el pescador y los gancheros se preparan para cobrar la pieza.

Los ribereños de los ríos asturianos conocen las cualidades de Cascos, quien no pesca por esnobismo, sino por verdadera pasión desde hace muchos años, hasta haberse convertido en un avezado pescador con algún que otro campanu (primer salmón de cada temporada en un río) en su haber. La actual se le da mal a Cascos, quien, hasta ahora, ha regresado de vacío a Madrid en cada visita a sus ríos. No obstante, lleva camino de salirse con la suya y capturar el campanu más codiciado: el presidente de Asturias, Sergio Marqués, quien ha osado desafiar la autoridad del poderoso vicepresidente primero del Gobierno, secretario general del PP y auténtico cacique del partido en Asturias.

Marqués mantenía una relación deteriorada con Cascos, había lanzado un desafío al PP y exigido una junta extraordinaria para ser designado cuanto antes candidato a las elecciones autonómicas, que se celebrarán el 13 de junio del año próximo. Con eso Marqués quería poner fin a la operación de acoso y derribo, en la que actuaba de ariete el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, quien se declara fiel a sus mandos (Cascos), y contaba con la complacencia del presidente regional de la formación, el senador Isidro Fernández Rozada. El sábado, en Avilés, Cascos dejó claro que Marqués no será el candidato, sino el PP; que prefiere "un partido sin Gobierno a un Gobierno sin partido", y que el presidente de Asturias tendrá que tomar medidas contra su díscolo consejero de Fomento, Tielve, quien osó desafiar a Cascos en El Entrego, o entrarán en juego las instancias disciplinarias del PP.

Entre el salmón Marqués, que ha mordido el anzuelo, y el pescador Cascos se ha iniciado la batalla final, que, según todos los indicios, concluirá con la captura y el pez en el cesto. No obstante, si el salmón es capaz de ello, por fuerza o astucia, podría soltarse del anzuelo para seguir por libre por los ríos y rabiones de la política asturiana. Cuando el salmón ha picado, se inicia un largo tira y afloja que en ocasiones puede durar mucho tiempo. A veces hay que dar tanza para que el salmón se vaya lejos. Otras, hay que recoger el sedal para acercarle. Se trata de una operación delicada de tira y afloja con la intención de que el salmón se agote y se quede finalmente sin fuerzas para resistirse.

El pescador debe evitar que el salmón dé un tirón repentino y se le escape. Al final, si el pescador domina al salmón, recoge tanza y le acerca, agotado, a la orilla. Allí están preparados los gancheros, provistos de un poderoso garfio para enganchar al pez y sacarle a tierra. Se trata de la operación más sangrienta porque el ganchero coge al salmón por la carne y lo desgarra. El pescador Cascos cuenta por lo menos con un par de gancheros listos para culminar la faena: De Lorenzo y Fernández Rozada.

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